AS (Valladolid)

Bogdan Obradovic “Tiene un conflicto consigo mismo”

- JAVIER MARTÍN / BELGRADO

Bogdan Obradovic descubrió a Djokovic cuando era un crío. Luego le capitaneó hasta lograr la Davis de 2010. Ahora, sus críticas tratan de despertarl­e de su letargo.

¿Qué le pasa a Novak Djokovic? —En el último año ha estado semanas sin jugar. No es positivo. Llegó un momento en el que recortó sus entrenamie­ntos. Luego empezó con dietas

divertidas, más meditación que golpear la pelota… Se ha desconecta­do de rutinas normales. En tenis, cambiar la raqueta cambia tu juego. Imagina si cambias tu mentalidad. —Dice que ahora le importa más su familia.

—Algo ha pasado en su cabeza. Roger Federer tiene cuatro hijos, pero sigue jugando en el máximo nivel. La familia importa, pero hay que encontrar un equilibrio. Se ha salido del camino por el que iba y se ha perdido en un bosque. —Tampoco es el Novak que aullaba en la pista.

—Antes gritaba, ahora hay partidos en los que no expresa emoción alguna. No transmite la energía competitiv­a que tenía. Alguien se ha llevado sus energías, no sé dónde.

—¿Qué opina de su guía espiritual, el español Pepe Imaz?

—Supe de él hace mucho. En un challenger en Segovia tuve que entrenar a unos chavales que había abandonado. Decía que ganaría más dinero con los entrenamie­ntos mentales. Eso de preparar la mente está bien, pero luego hay que golpear millones de bolas en las prácticas. No tengo nada contra su trabajo, pero, en este momento crucial para Novak, privarle de entrenar o cambiar su dieta no es bueno. —¿Por qué?

—Novak ha ido bajando su carga. Fui de los primeros en tener problemas con él por eso o por la dieta. Todos estos preparador­es mentales le están presionand­o para que piense qué es lo más importante. ¡Es un desastre! Si Phelps come en casa de su abuela, disfrutará y luego batirá el récord del mundo. Novak es un gran chaval, pero se está dejando llevar por

teorías divertidas. —¿Cómo es su relación? —Me lo preguntó hace poco Toni Nadal. Le respondí que Novak tenía un conflicto consigo mismo, no conmigo. Sólo le pongo delante de sus conflictos. No tengo problemas con él. Ya se lo he dicho:

‘Puedes estar enfadado, pero no habrá torneo, pista o vestuario en el que te puedas esconder de mí, decir que no quieres verme’.

Sabe que desde lo más profundo de mi corazón trato de hacer lo mejor para él. Le quiero mucho, pero le diré siempre lo que pienso. —¿Estaría usted dispuesto a volver al lado de Djokovic? —Estoy aquí. Estaré siempre para lo que necesite. —Por último: ¿regresará el nivel del Nole de antes?

—Yo he sido el que ha generado ese conflicto en Novak. Quiero despertarl­e. Ahora veremos cómo reacciona. Está comiendo carne, que es bueno... Veremos cómo evoluciona.

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