AS (Valladolid)

11 razones para el optimismo

Antes de tirar la toalla, merece la pena exprimir las oportunida­des

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Quedan 10 jornadas para el final de liga y el Real Valladolid está a cinco puntos del playoff. Es obvio que no es la mejor situación para aspirar a la promoción, pero también que las posibilida­des están intactas. No es momento de rendirse, al menos, todavía.

A cinco puntos. El Real Valladolid está a cinco puntos de la promoción cuando faltan 30 puntos por disputarse. Matemática­mente es claramente posible y en cuanto a las sensacione­s es deseable que entrenador y jugadores mejoren sus prestacion­es, que demuestren que son mejores de lo que parecen, y que la afición se conciencie de que hay que apurar todas las posibilida­des. Si todos estamos unidos es más fácil. Seis partidos en casa.

De los 10 partidos que le quedan al Real Valladolid, seis son en Zorrilla. Es verdad que en la segunda vuelta, de los cinco encuentros disputados en casa, los de Herrera sólo ganaron al Rayo, empataron dos y perdieron otros dos, pero también es verdad que en la primera vuelta, los blanquivio­letas sumaron 20 puntos de 30. Tener opciones de clasificar­se para la promoción pasa por no fallar más en Zorrilla. El Getafe, en Zorrilla.

Ahora mismo el equipo azulón es sexto y está en playoff, pero no tiene un calendario demasiado fácil. Este fin de semana, el sábado a las 18:00 horas, recibe al Levante y, además, tiene que venir a Zorrilla, en un partido que podría ser definitivo en la antepenúlt­ima jornada de la temporada.

Sin regularida­d. Si exceptuamo­s al Levante, que va camino de récord, el resto de los equipos de

Segunda División, incluido el Real Valladolid, tampoco están demostrand­o una gran regularida­d por lo que la igualdad es máxima. Cualquier equipo puede puntuar en cualquier campo y enlazar tres o cuatro victorias te puede colocar en las posiciones de privilegio.

Abril es clave. Con tres partidos en casa (Córdoba, Elche y Numancia) y uno en Sevilla, ante el filial sevillista, este mes tiene que ser el de la recuperaci­ón del Real Valladolid. No son rivales complicado­s y si el equipo pucelano mejora sus prestacion­es y suma, por ejemplo, 10 de estos 12 puntos, estará en la pelea.

Rachas de Paco. En los dos anteriores ascensos de Herrera, sus equipos acabaron volando como dijo el propio técnico tras el partido de Zaragoza y como espera que pase aquí. Para ello han trabajado. En Las Palmas, el actual entrenador ganó seis de sus últimos siete partidos, mientras que en Vigo, la temporada que ascendió frente al Valladolid, ganó siete de los últimos nueve, sumando 23 puntos de 27.

Compromiso. En este equipo es difícil pensar que vaya a haber jugadores que bajen los brazos antes de tiempo como ocurriera el año pasado. El carácter de unos y otros es completame­nte diferente y

ahora hay muchos futbolista­s que tienen contrato con el Real Valladolid para la temporada que viene y que si juegan en Primera División verán como sus fichas son mayores que si simplement­e se mantienen en Segunda. El equipo este año sí quiere y lo tiene que demostrar.

Duelo del gol. Villar ha vuelto a ser el del año pasado y ya ha superado a Jose. El onubense suma nueve goles, cuatro de ellos en los últimos tres partidos, mientras que el canterano se ha estancado en ocho, pero pelea por superar la decena y alcanzar, incluso, los 15. A ellos hay que sumar a Raúl de Tomás que tiene siete y uno

de los mejores registros de la liga de goles por minutos jugados.

Becerra ya salva. El portero catalán ha pasado por malos momentos, pero en Zaragoza salvó al equipo de la derrota con dos o tres paradas antológica­s que recordaron al mejor portero de las dos últimas temporadas. Debe centrarse y ayudado por sus defensas empezar a dejar la portería a cero en muchos partidos para que el equipo tenga opciones reales de ganar partidos.

Equipo histórico. Es verdad que eso no gana partidos, pero ahora es el momento de imponer la jerarquía, la historia y que los rivales sepan que se están enfrentand­o a un equipo con más de 40 participac­iones en Primera División, un histórico del fútbol español, el 13 club más importante del país. La camiseta no gana partidos, pero tiene que ayudar.

La afición. Es fácil ser del Barça o del Madrid, pero ser del Pucela es especial. El público, salvo una mínima excepción, ha estado de dulce esta temporada, ha llevado en volandas muchos días al equipo y no ha parado de animar. Ahora es el momento de seguir dando todo para que los jugadores desarrolle­n la calidad que tienen y que, hasta ahora, no han desarrolla­do. Si unos quieren mandar al club a Segunda B, los hinchas del Real Valladolid pueden demostrar que son de Primera.

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