Van Avermaet también es el rey en el Infierno del Norte
Conquistó su primer Monumento en el adiós de Boonen
Hay un nuevo rey en el Infierno del Norte. Uno que llegó a Francia después de arrasar en Bélgica. Porque Greg Van Avermaet conquistó ayer la París-Roubaix, su primer Monumento, y siguió la tremenda racha de esta primavera donde se ha apuntado la Omloop Het Nieuwsblad, E3 Harelbeke y Gante Wevelgem. Sólo en el Tour de Flandes acabó segundo detrás de Gilbert.
Ayer volvió a dar una exhibición de cómo hay que disputar una clásica de pavés. Y eso que en los primeros acelerones, provocados por un voluntarioso Tom Boonen que se despedía del ciclismo, dio algún signo de flaqueza. “He sufrido mucho, pero un triunfo así hace olvidar todo”, se sinceró.
Porque se recuperó, conectó con el grupo de favoritos y mandó a su compañero Daniel Oss por delante. Y cuando observó que Boonen flaqueaba, que Sagan acababa derrengado tras dos pinchazos y sus respectivos calentones para enlazar... vio que era el momento.
Velódromo. Aceleró, aprovechó el trabajo de su gregario, y se vio en los últimos kilómetros en cabeza, aunque con dos invitados: Stybar, que guardaba fuerzas con la excusa de que Boonen intentaba enlazar, y el neerlandés Langeveld. Al clásico velódromo de Roubaix llegó con ellos e incluso enlazaron Stuyven y Moscon en los últimos metros. Nada le inquietó. Se sabía el más fuerte, midió perfectamente el sprint y se apuntó su primer Monumento. Hay nuevo rey en Roubaix.