Sandro pone a prueba a un Riazor que busca paz
El Depor lleva cuatro partidos sin ganar; el Málaga, en racha
El Málaga aterriza en Riazor con el pecho henchido tras sus victorias ante el Sporting y el Barça y el alma tranquila al ver que la brecha con el descenso es virtualmente definitiva. Hace un mes el Depor, enganchado al efecto Mel, tumbaba a estos dos mismos rivales y se las prometía muy felices. Sin saber muy bien cómo, a partir de ahí los coruñeses entraron en un agujero negro (un punto de doce) del que quieren salir este sábado para encontrar lo mismo que ya tiene su rival: paz.
El gran objetivo de Mel es recuperar la solidez que exhibió el equipo en sus cinco primeros partidos sin olvidar la portería rival. La seguridad pasa por volver a juntar líneas, agresividad en la presión y que jugadores como Sidnei, Andone o Çolak recuperen su mejor versión. Para Míchel el trabajo es más mental. La línea futbolística quedó clara ante el Barça y su meta es que continúe, con los deslumbrantes focos del triunfo sobre los culés y la relajación de palpar la salvación como principales enemigos.
Lluvia de goles. Míchel logró estos seis puntos sin que su equipo encajase, objetivo también de Mel para volver a la victoria. Sin embargo, los duelos recientes entre Depor y Málaga hablan de lluvia de goles. Y es que en los dos últimos enfrentamientos firmaron 13 entre ambos: 3-3 el pasado año en Riazor y un 4-3 esta temporada en La Rosaleda.
La amenaza para Lux será Sandro, autor de los tantos decisivos ante Sporting y Barça y que quiere seguir la racha. En el Depor esperan la vuelta del mejor Andone, que después de un diciembre mágico sólo ha anotado dos tantos en 2017.