El partido de la vergüenza
Paco Herrera debe dejar de ser el entrenador del Real Valladolid, bien porque dimita o bien porque los responsables del equipo sean eso, responsables y busquen un relevo aunque ni siquiera para que el equipo reaccione, ya que parece un grupo tan blando como muestra en el campo, sin personalidad y sin capacidad de sufrimiento. Molesta ver caras risueñas en el descanso cuando estás perdiendo 4-0. No se trata de vivir un funeral, pero al menos disimular y que parezca que te afecta lo que está pasando... pero seguramente es mucho pedir; al menos a mí no me quedaban ganas de reír mientras narraba y cantaba goles sevillanos por doquier... pero que le vas a pedir a un club que pierde cinco partidos seguidos y no pasa nada...
Si ahora resulta que el proyecto es a largo plazo y que por presupuesto está donde merece... pues vale, pues será eso. Creo que este partido de la vergüenza debe marcar un antes y un después. Estamos en la tesitura del año pasado, con jugadores que se irán y espero no volverán, pero dejarán de nuevo el vacío de sus actos. El presidente auxiliado por Braulio Vázquez debe tomar decisiones y acertar que es lo más importante. Sé que no tiene una varita mágica y que contentar a todo el mundo es difícil, pero la paciencia se acaba, se dilapida el sentimiento blanquivioleta y todo se desgasta hasta la ruptura. Son demasiadas decepciones y años de penurias. La ilusión está perdida.