La incógnita del Clásico
La duda del sistema del Barça frente al estilo definido del Madrid
Madrid y Barcelona afrontan el Clásico desde diferentes perspectivas. Zidane respetará el guion que le está dirigiendo al éxito: la contra, el remate de Cristiano, las balas de Carvajal y Marcelo... Luis Enrique maneja tres variantes como solución a la ausencia de Neymar.
Interrogante. La ausencia de Neymar, si se confirma, abre paso a la incógnita. Con el brasileño no habría lugar para la sorpresa en el once del Barcelona, pero su baja motivará una estrategia diferente de Luis Enrique ante la que el Madrid deberá responder sobre la marcha. El técnico azulgrana podría plantear una alternativa de nuevo cuño al disponer un 3-1-4-1-1. Las posiciones de Sergi Roberto y Jordi Alba ayudarían a bloquear el traqueteo de Marcelo y Carvajal. También protegería el interior y facilitaría el juego de pase azulgrana.
Más opciones. Luis Enrique maneja otras dos soluciones más rudimentarias. Podría volcar a Iniesta al costado, una situación que el asturiano apenas ha alimentado en estos tres años, y entregar el eje a Busquets, Rakitic y al discutido André Gomes.
Alcácer emerge como una apuesta menos rompedora. El delantero ha participado en cinco de los seis últimos partidos y convence por su despliegue físico.
Certezas. La duda de Zidane gravita sobre la titularidad de Bale, aunque la acertada respuesta de
Isco, Asensio y Lucas en los últimos encuentros disipa cualquier temor en la bancada madridista. Se aferra a su libreto futbolístico de ida y vuelta, de continua percusión ofensiva y en la eclosión definitiva de Cristiano como delantero centro (27 de sus 31 goles han sido dentro del área). Asimismo, el Madrid ha logrado contrarrestar el poderío tradicional de su rival en la medular. Se advirtió en el duelo del Camp Nou.
El equipo culé sólo tuvo el 55% de la posesión de balón cuando su media alcanza diez puntos más esta temporada.
Los medios. La pérdida de peso de los centrocampistas es uno de los síntomas que definen el estado de zozobra azulgrana. Su estilo se ha diluido. Con Luis Enrique, Jordi
Alba, Piqué y en este curso Umtiti han asumido el liderazgo de la estadística de pases por partido, que encabezó
Xavi entre 2008 y 2014. Aún le queda Busquets. Zidane pretenderá oprimir su primer toque y alargar las líneas de pase del Barça para forzar su error y articular la transición.
En oleadas. Este Madrid intimida por su capacidad extraordinaria de salir a la contra con precisión y vértigo. Llega en tromba y amontona futbolistas en zona de remate. Al Barcelona le debería preocupar la habilidad de Carvajal y Marcelo para saltar líneas con absoluta vivacidad. Especialmente si Luis Enrique opta por Iniesta en la medular. El manchego apenas tiene vuelta y el conjunto catalán correría el peligro de ser incapaz de cerrar el paso a las incorporaciones de Carvajal, sobre todo si coge a Jordi Alba en campo madridista.
La estrategia. Las acciones a balón parado volverán a desempeñar una función relevante en el dictamen del partido. Los dos goles del
Clásico de la primera vuelta derivaron de acciones de este tipo. Las jugadas de estrategia le han dado al Madrid 12 puntos en LaLiga. Parece irrebatible la superioridad blanca en el juego aéreo (37 goles de cabeza esta temporada). Un recurso de especial significación.