Rossi defiende el liderato en casa de sus máximos rivales
El italiano llega a Jerez sin victorias en 2017 pero al frente de la clasificación y su Yamaha siempre rinde en este circuito. Y Marc Márquez sólo ha ganado una vez el GP de España
Ya está aquí la cita más esperada de la temporada para muchos aficionados, la de Jerez, la del GP de España, en la que se espera la batalla de las batallas y en la que ya nadie se atreve a reducir el duelo a un asunto entre Maverick Viñales y Marc Márquez. La sensación del arranque del campeonato con sus triunfos en Qatar y Argentina y el campeón resucitado con su victoria en Texas tuvieron que esperar en la rueda de prensa oficial a que terminara de hablar Valentino Rossi para hacerlo ellos. Y es que el italiano de Yamaha llega líder sin necesidad de haber ganado aún una carrera este curso y sus rivales saben que ya venció aquí en 2016.
El encuentro entre ellos tres, el británico Cal Crutchlow, Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo fue cordial y juntos posaron junto a dos leyendas de
este deporte, Giacomo Agostini (15 títulos) y Ángel Nieto
(12 más 1), con una pancarta que anunciaba que la carrera del domingo de MotoGP, en el circuito andaluz, será la número 3.000 en grandes premios de un campeonato que echó a andar en 1949.
Todos coinciden en que la llegada a Europa es un alivio a nivel de confort y también en que Jerez es Jerez, y que el que va rápido en una pista tan técnica como esta puede hacerlo después en cualquier circuito. La Yamaha acostumbra a ir tan bien en este trazado que, a diferencia de Honda o Ducati, no se han venido a rodar en invierno o entre carreras. Rossi lo sabe y se siente cómodo defendiendo liderato en casa de sus máximos rivales, aunque dice que ahora mismo le impor- ta más ser rápido, verse capaz de ganar una carrera, que de ir primero en la general.
Por su parte, para su compañero Maverick, que viene muy contento del test de esta semana en Le Mans, es la oportunidad perfecta para desquitarse de su error de Austin, donde sufrió una caída en la segunda vuelta que aún no se explica. Para Márquez, Jerez es una pista en la que extrañamente sólo ha ganado una vez y está dispuesto a sumar otra victoria, aunque sabe que no será fácil y se marca el podio como objetivo con una Honda que todavía no acaba de gustarle al cien por cien.
La de Lorenzo es otra historia. Ayer cumplió 30 años en el escenario en el que debutó hace quince en el Campeonato del Mundo. Sigue a vueltas con sentirse cómodo sobre la Ducati y este trazado no es tradicionalmente plácido para las Desmosedici. Le gustaría una Ducati más Yamaha, pero mientras ese deseo llega, si llega, seguirá esforzándose por adaptarse a lo que tiene. El embrujo de Jerez, donde ya ha ganado en tres ocasiones en MotoGP y dos en 250cc, tal vez le eche un cable. En Jerez todo es posible.