“Quiero mi asiento: lo pondré junto a una foto de Bowie...”
Julio Ruiz y el Calderón: 50 años de fútbol, pop y rock
El Vicente Calderón se terminó y con él se lleva cincuenta años de la vida de Julio Ruiz (Madrid, 1952), periodista referente de la música en España, con su Disco Grande de Radio 3 y rojiblanco en cada célula. “Yo no supe si encadenarme a mi asiento para no irme”. Su sitio, primer anfiteatro, fila 3, fondo sur. “Perpendicular a un símbolo, las flores de Pantic”, ríe, aunque todavía queda un rastro de nostalgia en su voz. “Es total, llena todo”. La primera vez que fue al Calderón la Línea 5 de metro no existía. Se fue andando al río, desde su casa, Antón Martín: iba con su tío a ver cómo plantaban el césped.
Su primer día de fútbol era una mañana plomiza, octubre de 1966, Atlético-Valencia inaugural. “Mi sitio ya estaba en el fondo sur... Allí justo donde Luis hizo el primer gol... Pues ahí ya estaba yo”. Una carcajada es el play a sus recuerdos. Sus grandes éxitos suenan. “El 3-0 al Cagliari. Las carreras de Futre, Leivinha y Pereira o aquella tarde, 2-0 al Albacete, todavía me parece ver a Kiko colgado de aquel larguero...”. Ahí, también casi a sus pies, en el fondo sur. Julio habla del Calderón y no lo puede evitar: se le llena la boca. “Algunos no conocieron otro estadio. Otros, como yo, ya soportamos otro traslado... Y ahora éste. Uno se apega a las cosas y...”. Y pues que cuesta.
Como él estaba apegado a aquel, su primer carné. “El de la libretilla roja, pues ese: una vez en el Metropolitano me crucé con Bahamontes y le pedí que me lo firmara”. Tesoro. Y 16,
17 años de socio hasta que empezó a trabajar en Marca y se borró. “Me parecía incompatible mi militancia activa con mi función de periodista deportivo...”.
Cuando se fue de Marca, 13 años después, lo primero que hizo fue volver al Calderón para sacarse de nuevo su abono. “Y apuntar a mi hijo a los prebenjamines”. 22 años después, su hijo (generación Domínguez, jugaron juntos) es periodista económico y de regalo de la última temporada del Calderón le ha pedido la camiseta conmemorativa de los 50 años. El de Julio es un asiento. “Hombre, claro que lo voy a pedir para quedármelo. A lo mejor lo pongo al lado de una foto de Bowie en casa...”.
Música. Bowie. Para el descubridor de grupos como Los Planetas o Dover, el Calderón también es aquel concierto de Bowie en 1987. “Y el de los Rolling, por supuesto. Allí estuve yo, bailando bajo la lluvia”. Y también con Madonna, U2 o Michael Jackson. “Durante mucho chinchaba a los del Madrid: ‘Nosotros Bowie o los Rolling y vosotros Julio Iglesias y el Papa...’. Ahora en los últimos años han llevado ya a Springsteen, pero en 30 años sólo U2...”.
De nuevo una carcajada acciona un play. Mas grandes éxito. “Kiko, Torres”. Y una canción para despedir el Calderón. “Enamorado de la moda juvenil,
de Radio Futura, pues yo igual,
enamorado del Atleti de Madrid...”. Porque, uno, dice, “no puede ser sólo porque pasaba por allí, aunque ese allí ahora vaya a estar tan lejos del río.
Intención “Yo casi me ato a mi asiento el último día para no irme...”