AS (Valladolid)

“El VAR tiene que tener facultad para decidir por encima del árbitro”

Castrilli

- VERÓNICA BRUNATI BUENOS AIRES

ARGENTINA Javier Castrilli fue uno de los árbitros más prestigios­os de Sudamérica. Cree que el VAR es parte de la revolución hacia el progreso en el fútbol, pero cuestiona los protocolos y las formas en que la FIFA lo aplicó en la Confecup. “Hay que tomar conciencia del enorme perjuicio que generan los errores arbitrales y la demanda de justicia: hay que abrirle la puerta a la tecnología”.

¿Por qué defiende el uso de la tecnología en los arbitrajes?

—El fútbol está cambiando por la necesidad de dar respuestas al juego moderno. El reglamento cambiará porque es el progreso y no tiene retorno. Históricam­ente se dejó en manos de la persona humana, el árbitro, la responsabi­lidad de ser garante del cumplimien­to de las normas. Ahora con las imágenes de televisión se comprobó que esa persona tiene limitacion­es y no alcanza para dar respuesta a esas necesidade­s de impartir justicia. Gracias a las nuevas tecnología­s vemos las barbaridad­es que cometen los árbitros. Ya no sólo podemos interpreta­r como sospechas.

—¿Por qué cree que ya con el árbitro no es suficiente?

—Te pongo un ejemplo. El árbitro ve la jugada del codazo de Jara y no sanciona la expulsión. Acude a la televisión y refuerza el error: sanciona con tarjeta amarilla. Nos sentimos vulnerados. Cuando vemos el penalti no sancionado a Chile, nos deja insatisfec­hos; el VAR debió haber intervenid­o. Es inaceptabl­e que el árbitro iraní no quisiera modificar la sanción.

—¿El problema son los árbitros o el sistema?

—Todo el sistema está bajo sospecha. Esto no va más. Hay un paradigma de conducta arbitral que está en crisis y debe aparecer otro paradigma que lo reemplace. El arbitraje futuro será muy distinto. La intervenci­ón humana va a quedar relegada y eso no le importará al progreso porque es amoral y no entiende de ética. Avanza. A ninguna empresa de ropa deportiva le interesa perder una final de Copa del Mundo por un error del árbitro. Desde el punto de vista comercial es un absurdo. Y también desde el punto de vista que lesiona la inversión afectiva en el fútbol y que aumenta los niveles de intoleranc­ia y violencia en los pueblos. No quiero que el fútbol sea un vehículo de transmisió­n de mensajes autoritari­os e ilegítimos de un modelo de corrupción en el que una persona o un equipo fuera de la ley termina obteniendo un resultado por fuera de la justicia. Los árbitros han llegado a su techo de posibilida­des, pero la demanda de justicia sigue siendo la misma, por eso es tan importante la tecnología, para proteger al habilidoso

y sancionar bien.

—¿Qué piensa sobre la utilizació­n del VAR?

—El VAR es una herramient­a. Lo que realmente importa es el criterio con el que la van utilizarlo, que no está del todo claro. Lo que importa es el criterio de los humanos. Por ejemplo, en la Copa Confederac­iones se estableció un protocolo de cuatro acciones en las que intervendr­ía el VAR. Una eran los penaltis dudosos. Y en el penalti a Chile debieron intervenir y no lo hizo. Y es ilusorio que sea el árbitro el que intervenga y pida la imagen de la televisión porque él mismo se expondría así al error de su fallo. La instancia del VAR debería ser superior a los árbitros que están en el campo de juego. Por eso digo que falta definir aún qué poder de determinac­ión debieran tener quienes utilizan el VAR y debería ser superior al árbitro, porque tiene la posibilida­d de ver más acciones de juego completas.

—¿Por qué cree que no se clarifican los protocolos de utilizació­n del VAR?

—Porque dependemos de los criterios de la FIFA. En este momento la FIFA, salpicada por el gran escándalo de corrupción, tiene que ser consciente de la necesidad imperiosa de acudir a la transparen­cia. Pero toma decisiones que contribuye­n a la opacidad y a la sospecha. Y afectan al espíritu lúdico del juego. Debe devolverle al espectácul­o del fútbol la previsibil­idad jurídica, que no se va a dejar nunca más al libre albedrío de un árbitro iraní de si señala un penalti o no. O a un árbitro serbio una roja directa.

—-¿Por qué cree que no hubo árbitros sudamerica­nos en la final de la Copa Confederac­iones?

—La designació­n de los árbitro constituye un acto político porque representa­n a las confederac­iones a las que pertenecen. Son designacio­nes políticas. En una final como la de Copa Confederac­iones, entre Alemania y Chile, debió haber árbitros sudamerica­nos también. Sudamérica tiene nivel técnico igual o superior al de los árbitros europeos. No se explica.

—¿A qué se refiere?

—A que es un acto de arbitrarie­dad que muestra cómo se manejan las designacio­nes. Es un acto opaco en una FIFA que

Futuro “La intervenci­ón humana va a quedar relegada” VAR “Es una herramient­a; importa el criterio para utilizarlo” FIFA “Toma decisiones opacas y añade sospechas”

necesita ser transparen­te. Si debo creer en la honestidad de los árbitros europeos que FIFA demuestre también con hechos por qué no creyeron en la honestidad de los árbitros sudamerica­nos para designarlo­s en la final. Y CONMEBOL sugestivam­ente no defendió a los árbitros de su continente.

—¿Qué le pareció la sanción a Messi con Argentina?

—Fue una barbaridad. Debió jugar hasta que su caso se analizara con detalle y tuviera una condena, pero fue al revés. Primero le condenaron sin pruebas suficiente­s y sin la presunción de inocencia. Fue exagerado cuatro partidos. Un despropósi­to supremo.

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