Ceballos tuvo un primer técnico “muy madridista”
En Utrera: “Iba para estrella pero el Madrid es demasiado”
Treinta kilómetros al sureste de la capital, tierra de calderetas de carne y mostachones (dulce típico: mojarlo en café es ambrosía), Utrera repite futbolista en el Real Madrid. Ya le ocurrió en 2006, con José Antonio Reyes, pero lo de Ceballos ha sido más inesperado. Cosas del destino, el primer (como prebenjamín) y último entrenador (como cadete) que Dani tuvo en su pueblo se considera “una referencia del madridismo de Utrera”. Carlos García de Cossio: “Dani era muy pequeñito, pero ya hacía movimientos de jugador grande. Tenía un futbolista profesional Tamagotchi. Luego, el año antes de irse al Betis, le daba palitos para que despertara. Días antes de firmar por el Real Madrid me vacilaba con que estaba más cerca del Barça. Como soy merengón, quería hacerme sufrir, seguro”, bromea Carlos.
‘Ezequinha’. Aquel niño se marchó al Sevilla sin haber cumplido aún siete años y luego volvió ya con 15. “Entonces le dije que sólo era un paso atrás para dar dos hacia delante. Conmigo estaba empeñado en meter un penalti de Ezequinha (chut que popularizó el bético Ezequiel en un Sub-19, con la pierna de apoyo)”, afirma Francis Montoya, técnico del Utrera cadete que recogió a Dani tras no haber podido triunfar en Nervión.
Manolo Gavín, director de la escuela de fútbol del pueblo, se felicita: “A ver cuántas escuelas han sacado en tan poco tiempo a Reyes, a Álvaro García (Cádiz), Matos (Sevilla Atlético), a Juan Muñoz (Sevilla), a Moi (Barça B)... y ahora ¡Ceballos en el Madrid!”.
Israel Bascón, exjugador del Betis y ahora director deportivo utrerano, estudió en el Sagrado Corazón, como Dani: “El patio de ese colegio es una caja de galletas, había que jugar con bolas de papel de plata... De allí también salió Juan Muñoz, entre otros. Cuando cogíamos un balón de verdad, era mucho más fácil para nosotros”.
En la peña bética de Utrera hay corazones divididos. Francisco Moreno, cuya mujer guarda parentesco con el joven mediocampista, impone su voz: “Mi niño, que jugaba con él en la calle, ya me lo decía: este Dani va para estrella. Pero el Madrid... ¡eso es demasiado! Hay que irse siempre”.