Dressel sigue a Phelps con tres oros en un día
Domina como su antecesor: lleva seis triunfos y hoy aspira al séptimo
Alas afueras de Jacksonville (Estados Unidos), hay un rancho en el que vive una familia religiosa, educada en el estilo americano clásico. Los cuatro hijos (dos chicos y dos chicas) de Michael y Cristina correteaban por la finca y se dedicaban a cazar en su infancia. Caeleb, uno de los medianos, aprovechaba cualquier minuto libre para jugar. No paraba quieto.
Así se moldeó la figura atlética del nuevo líder de la natación estadounidense, relevo de Michael Phelps. A sus 20 años, se destapó ayer en un Duna Arena de Budapest expectante y seguro de haber vivido una tarde histórica. Dressel ganó, primero, el oro en los 50 libre con la sexta marca de la historia (21.15); luego, corrió a suavizar para nadar su segunda final, 35 minutos después. Un torpedo pasó por la piscina en 49.86, el segundo hombre más rápido de la historia en cubrir los 100 mariposa. El primero fue Phelps (49.82). En la final más rápida jamás nadada, sorprendió Kristof Milak, un húngaro de 17 años que batió el récord del mundo júnior (50.62) y se colgó la plata. A su edad, Dressel no bajaba de 53 segundos. El tiempo dirá si Milak se cuela en la historia de Dressel, quien, tras recibir ese oro, nadó la primera posta del relevo 4x100 libre mixto para marcar otro tiempo de ensueño (47.22), a 31 centésimas del récord mundial, y darle la victoria y la plusmarca a su país (3:19.60).
Sus tres hermanos (Tyler, Sherridin y Kaitlyn) se dedican también a la natación desde bien pequeños gracias a su padre, que también fue nadador en Florida. El español Sergi López, medallista en Seúl88 y entrenador en The Bolles School en Jacksonville, conoce a la perfección al nuevo hombre pez. “Es un nadador atlético y entiende su cuerpo de forma increíble. Tiene una percepción de su cuerpo en el agua que no muchos la tienen”, comenta.
Pero la progresión de Dressel también contó con un periodo que él califica de “oscuro”. Con 17 años, acudió a una competición estatal y no logró mejorar su tiempo. Toda la piscina se fundió en un “oohh” sonoro. Se le clavó como una daga: “Si esto es lo que pasa, necesito tomarme un tiempo”.
Caeleb estuvo seis meses sin tocar cloro, hasta que encontró ayuda en Dios. Lleva un águila tatuada en su hombro izquierdo basada en un versículo de La Biblia. Y ahora lleva seis oros. Pueden ser siete en esta última jornada. Dressel se sitúa entre Dios y Phelps.
Botín Ganó los 50 libre, 4x100 mixto y 100 mariposa con marcas de nivel