Murgia le da el título al Lazio en el 93’ en un final de locos
La Juve, con el síndrome de Cardiff
La Juventus sigue sin superar el trauma de la final de la Champions de Cardiff, ni los adioses de Bonucci y Alves: los bianconeri cayeron ante el Lazio, que se llevó la Supercopa italiana por cuarta vez en su historia con un increíble 2-3 que se tornó en locura en los minutos finales.
Sin el lesionado Anderson ni Keita (fuera por su acercamiento precisamente a la Juve, con la que ya tendría un acuerdo), los biancocelesti renunciaron a mucho. Sin embargo, tras haber aguantado un gran comienzo de los rivales, los capitalinos fueron de menos a más, agarrados a un enorme Milinkovic-Savic y al español Luis Alberto, fundamental. El serbio puso a Immobile solo delante de Buffon, que lo paró de malas maneras: el punta se encargó del penalti y lo transformó magistralmente.
La crisis bianconera continuó en el comienzo de la reanudación: siempre Immobile, con un imperioso testarazo, aprovechó un centro de Parolo y firmó el 0-2 en el 54’. Allegri reaccionó sacando a los recién fichados De Sciglio, Costa y Bernardeschi. Creó más peligro, pero hizo falta la magia de Dybala para volver a meterse en el partido. La Joya se estrenó con el dorsal 10 bianconero a lo grande marcando una gran falta y, en el 91’, puso el empate transformando un penalti. Cuando todo parecía listo para la prórroga, apareció el joven Murgia (21 años), para empujar a la red en el 93’ un pase de Jordan Lukaku y desatar así la fiesta laziale. Un golpe anímico tremendo para la Juve, cuyo último partido oficial había sido la humillación de Cardiff. Su pesadilla continúa...