Orio surfea y recupera el trono en San Sebastián
Abrumó a Urdaibai en el tramo final en un mar revuelto
La Bandera de La Concha ha sido tradicionalmente como el jardín, bueno mejor la piscina, en la finca de Orio. Pero desde hace una década los aguiluchos no tocaban el trapo más preciado del banco fijo. Así que la explosión de júbilo ayer en la mañana plomiza, típica norteña, será para recordar. La jornada era terrible, por un vendaval del noroeste que hizo del Cantábrico un torbellino lleno de trampas en forma de rizos de agua de tres metros. Desde luego, no estaba para batir récords, como una semana atrás. Aranberri, el patrón de Orio (le llaman el Messi de las olas), se ha aliado para días como este con el técnico Salsamendi, el mago en la bahía donostiarra después de cuatro victorias seguidas con dos equipos distintos y al fin profeta en su tierra, un pueblo donde el remo es religión: pedían movimiento, provocar cosas y no estar esperando el fallo rival y volvieron a poner en evidencia la labor en popare de Urdaibai, que se llevó un chasco gordo. Repitió el equipo del domingo anterior. Carpintero, con el remo de gobierno de Bermeo-Urdaibai, no tiene tanta experiencia en estas lides.
Orio se llevó la bandera número 32 en la historia de la regata (le sigue San Pedro, con 15) y por primera vez la remontada cayó de su lado. Siempre le han recortado y esta vez lo evitó. Bermeo salía por la calle cuatro, la buena, y arrancó bien, mientras los amarillos remaban por la dos. Hondarribia, por la uno, con todo el rebote de inicio, quedó tachada pronto. La Bou Bizkaia cogió la proa de la regata y aguantó hasta el tramo final, cuando la San Nikolas surfeó sobre cuatro olas que le catapultaron. Un momento que queda para la historia, como aquel de Castro en 2001, con Korta al gobierno como patrón precisamente ante Orio. En mujeres, San Juan superó a Hibaika, que manejaba una ventaja de 2,6 segundos de la primera jornada.