Punto con sabor a gloria
El Sevilla supo sufrir, resistir... y Correa marcó el 2-2
EI Sevilla se estrenó en la Champions con un punto que sabe a gloria en Anfield. Sufrió, reaccionó y esbozó una sonrisa que pudo ser aún más completa si Muriel acierta en la última acción del choque. El equipo de Berizzo arranca la competición con una demostración de pegada ante el rival más difícil del grupo y tras haber sido sometido durante muchos minutos por un Liverpool llevado en volandas por su afición.
El Sevilla inició el duelo con una premisa fundamental: frenar el alto ritmo que ama el Liverpool, sobre todo desde que lo impone el alemán Jürgen Klopp. Pero la realidad es que el vértigo entró en escena muy pronto. Si Berizzo quería el balón, Klopp tenía claro que prefería el intercambio de golpes. Tiene un equipo diseñado para ello pese a que el primero que acertó en ese ida y vuelta fue el Sevilla. Un centro de Correa encontró la complicidad de Lovren para que Ben Yedder rematara a placer y silenciara momentáneamente Anfield. Pero el choque de ritmos estaba en manos del cuadro inglés, que respondió un cuarto de hora después con un tanto de Firmino tras una brillante acción, también por la izquierda, de Alberto Moreno.
Penalti fallado. Tras la tormenta llegó un amago de calma. La transmitía Banega cuando lograba encadenar dos pases con Nzonzi. Pero tampoco la fortuna estaba del lado sevillista. Pasada la media hora, Salah recuperó un balón cerca del área rival tras hacerle una posible falta a Nzonzi y disparó hacia la portería nervionense encontrando un rebote como cómplice. Nada pudo hacer Sergio Rico, que cinco minutos después asistía como invitado al lanzamiento de un penalti al poste de Firmino. El Liverpool parecía activar su modo avalancha. Ante ello, Pareja no alcanzaba el ritmo y Nzonzi quería multiplicarse al tiempo que Sergio Rico salvaba el tercero al borde del descanso.
Sarabia suplió al lesionado Pizarro y trató de dar más llegada a los de Berizzo. El escenario era el adorado por Klopp, pero el Sevilla supo agarrarse a sus trenzados hilos de esperanza. Muriel, el fichaje más caro de la historia del Sevilla, saltó al césped y lideró una brillante acción que dejó el balón en bandeja para Correa, que esta vez sí supo definir con calidad ante el portero. Ya estaba el esperado Coutinho sobre el césped. Pero Berizzo, expulsado minutos antes, había calmado la escena. Muriel, en el último suspiro, pudo convertir el punto en tres. Pero el logrado sabe a gloria en un escenario de altura como Anfield.