El día que Zidane pidió un despacho en Fuenlabrada
Perdió allí 1-0 hace tres años
Zidane ya sabe lo que es visitar Fuenlabrada. Lo hizo en 2014. No le fue bien. El francés empezaba su carrera como entrenador a los mandos del Castilla. Era septiembre. El campeonato no había hecho más que empezar. En las dos primeras jornadas ya habían cosechado dos derrotas. Llegaba la tercera jornada y el Fernando Torres parecía un buen escenario para recuperarse. Sucedió lo contrario. Aquella batalla se quedó en casa. Venció el Fuenla 1-0. Raúl de Tomás, estrella del Castilla, falló un penalti. Marcos Llorente, Burgui, Medrán y compañía tampoco lo lograron. El fútbol no sonreía a Zizou. Tampoco la logística.
Horas antes de que comenzara el encuentro, directivos del Madrid llamaron al Fuenla solicitando un despacho privado sólo para él. La petición causó revuelo. No tenían de eso en el Torres. El francés se conformó con lo común: el vestuario. En la puerta, dos guardaespaldas vigilaban sus movimientos. Ya fuera, a Zidane lo trataron como a Zidane. Un enjambre de cámaras lo rodeó al salir y más de una mirada de admiración del contrario se cruzaron en su camino. Tras el duelo, no dio conferencia de Prensa y, acompañado de sus guardaespaldas, dejó el recinto por una salida no habitual para que los curiosos que atestaban las puertas no le molestaran.
Esquivo Salió del estadio por una puerta no habitual y no habló con los medios