San Mamés se harta y Muniain se daña la rodilla
El delantero sufrió un esguince en el batacazo ante el débil Zorya
Un notario apareció por San Mamés y certificó que el Athletic está malito. Que le han extirpado el fútbol y tendrá que cerrar filas para recuperar eso que suele dar goles y dicha a la parroquia. Venía bajo sospecha tras un batacazo en La Rosaleda y, con la platea casi en llamas con pitos continuos, cerró una racha de seis triunfos seguidos europeos en casa ante un Zorya que se limitó a agradecer la ansiedad local.
Pero, aun siendo todo medio dramático, lo que encogió el alma al personal fue la lesión de Muniain, que en el descuento lanzó un fuerte disparo y se dañó la pierna derecha, la de apoyo. Salió llorando en camilla. Sufrió una entorsis en la rodilla derecha. Si no es muy fuerte el esguince estaría mes y medio fuera. Hoy se sabrá el alcance real. Viene de una terrible lesión en esa zona (rotura del cruzado), producida en Sevilla en abril de 2015.
El Athletic andaba con la tontera y pensaba si se trataba de recetarse una aspirina para salir de los sudores, nada mejor que el inocente Zorya. Es tan poquita cosa este grupo de jugadores del club ucraniano que cualquiera que lo tenga enfrente se lo toma como un cartel terapéutico. Igual el problema de salida fue que el conjunto vizcaíno lo vio chupado. Porque a partir de un balón de Muniain al larguero cuando el personal aún se estaba sentando, el Athletic coleccionó dos ocasiones que dejaban en mal lugar al enemigo. Otra de Iker que le cogió en mala posición y un córner con cesión de Laporte a Etxeita tras cantada de Lunin anunciaban el final de los fantasmas.
Esos minutos aspirina relajaron los músculos. El Zorya lo aprovechó y marcó. Ahí empezó a activarse la máquina de silbidos en que ayer se convirtió San Mamés. Los leones rompieron una racha de seis victorias europeas seguidas y van ya cinco partidos consecutivos sin ganar.