Brasil mantiene en la cárcel a la cúpula del COB por corrupción
Los Juegos de Río de Janeiro no se acabaron el 18 de septiembre de 2016 con la clausura de los Paralímpicos. A partir de entonces han ido emergiendo los casos de corrupción, como los sobornos del Comité Olímpico Brasileño (COB) para sacar adelante la candidatura de Río.
Siempre hubo rumores, un hedor extraño sobre aquella elección, que de entrada se taparon por ser la primera sede en Sudamérica, pero ahora la propia
Justicia brasileña ha investigado. Y, tras detener la semana pasada al presidente del Comité Olímpico, Carlos
Arthur Nuzman, 22 años en el cargo, esta semana la Fiscalía ha solicitado mantener el arresto por tiempo indeterminado para evitar que en libertad destruya pruebas importantes para sostener la acusación.
De hecho, la Policía ha evitado que pueda mover los 16 kilos de barras de oro que tiene depositados en Suiza, o que pueda usar los fondos del COB para pagar a sus abogados. El juez mantiene detenidos a Carlos Arthur Nuzman y a su lugarteniente, Leonardo
Gryner, a los que se acusa formalmente de delitos de corrupción, lavado de dinero y asociación para delinquir. Porque conseguir los Juegos Olímpicos para Río no fue un interés patriótico, sino que se convirtió en un buen negocio personal.