AS (Valladolid)

El Valladolid se cura las heridas ante el Alcorcón

Le costó abrir la lata ante la defensa de cinco alfarera

- IGNACIO BAILADOR

El Real Valladolid pasó por encima del Alcorcón (40) en un partido que se rompió al final de la primera parte con un error grave del portero Dani Jiménez, lo que obligó a los alfareros a abrirse, circunstan­cia que aprovechó el equipo de Luis César para golear en los últimos minutos. Ante el resultado final puede caerse en la tentación de pensar que el partido fue fácil, pero ni mucho menos. En la primera parte, el Valladolid sufrió, no fue capaz de generar ocasiones claras ante el fuerte planteamie­nto defensivo de su rival. Y es que el Alcorcón, con tres derrotas consecutiv­as, llegaba a Valladolid con la idea de cerrar el camino a su portería con sus tradiciona­les cinco defensas. Los locales no supieron interpreta­r esa circunstan­cia en la primera parte. Estuvieron faltos de velocidad, de precisión y no pudieron generar ocasiones. Los laterales no llegaban a la línea de fondo y los extremos se metían por dentro. Eso provocaba un embudo del que no salía nada positivo para los pucelanos. Así, las oportunida­des fueron escasas y muy poco claras. Burgos y Hugo cabecearon fuera, mientras Toni generó una bonita ocasión cuando recibió de espuela y tiró fuera, el mismo destino que tuvo el cabezazo de Míchel.

El partido parecía una partida de ajedrez, en la que los pucelanos no terminaban de poner en jaque a Dani Jiménez. Sin embargo, fue el propio portero alfarero el que se puso en peligro y encarriló la victoria local. Un centro templadito de Ángel, fácil para el portero, se le escapó al cancerbero y allí estaba Mata para no perdonar. De la nada, de media ocasión, el Valladolid consiguió adelantars­e antes del descanso.

Más goles. En la segunda parte, el Alcorcón quiso ponerle un poco de picante al partido. Borja Lázaro cabeceó muy flojo a las manos de Masip antes de que Míchel acertara de disparo directo. Fue una falta en la frontal del área, el valenciano pegó por encima de la barrera, Dani Jiménez no la vio y el gol subió al marcador. Se resistía el Alcorcón que trataba de meter al Valladolid en su campo. No le importó, entonces, al conjunto de Luis César que se dejó querer, dominar, para dar rienda suelta a sus contragolp­eadores.

De esta manera, se generaron varias ocasiones que acabarían con diversas oportunida­des. Mata recibió un sensaciona­l pase de un espectacul­ar Anuar y el madrileño quiso picar ante la salida de Dani Jiménez, pero el portero sacó una buena mano. Buscó reducir distancias el equipo alfarero. Borja Domínguez y Giménez lo intentaron, pero sus disparos salieron fuera. Entraron en el Valladolid Hervías y Gianniotas, que dispusiero­n de espacios para correr y se veía venir ya la goleada. Mata marcó el segundo de su cuenta ayer, el octavo de la liga, casi sin querer. El balón parece que le busca siempre a él. Gianniotas cabeceó un gran centro de Hervías, el balón chocó en el larguero y el madrileño sólo tuvo que empujar el esférico debajo de la portería.

No se conformaba el Valladolid ante un Alcorcón muerto. Hervías buscó su gol desde lejos, pero Dani Jiménez despejó bien antes de que el griego Gianniotas, también desde fuera del área, embocara y diera por finalizada la goleada.

El partido del Vallecas ya está olvidado y el Valladolid vuelve a volar alto, goleando, 20 goles en nueve partidos, y sin encajar, lo cual es una noticia muy positiva. El Alcorcón, por su parte, tiembla en la zona baja, suma cuatro derrotas seguidas en las que ha recibido 13 goles y Julio Velázquez está en el alambre, aunque no parece que corra peligro de ser destituido antes del partido del lunes ante el Lugo.

Doblete Mata marcó dos goles y ya suma ocho en nueve partidos

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FELICIDAD. Tras el varapalo del pasado domingo en Vallecas, los jugadores del Valladolid volvieron a sonreir.

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