El ADN del Atleti y los cuatro de Valverde
La mudanza al 4-4-2 ha compactado al Barça; el Atleti irá a por la espalda de Alba
La única certeza. Atlético y Barcelona se miden en el partido de las revelaciones, que compondrá aspectos sustanciales de lo que puede ser la temporada de ambos. Sólo se está seguro de lo que pueda hacer Messi. Gabi y Koke, a la ayuda de la zaga.
Más cerca del área. Con Valverde, la posición de Messi, más centrada, está más próxima a la zona de remate. Sus números goleadores se han agrandado (14 en 11 encuentros) y promedia dos disparos más por choque que en la era Luis Enrique. Si la trama se enreda como le sucedió al Barça en Getafe, retrasa su punto de partida y se responsabiliza del último pase (asistencia a Paulinho).
Mejora en la gestión. Se ha rearmado el Barça con los cuatro medios tras la lesión de Dembélé. El Atleti perseguirá bloquear las líneas de acceso a Messi y descontrolar a un equipo azulgrana que ha aparcado su versión más directa en beneficio de los centrocampistas (88% de precisión en el pase).
Detrás de los pivotes. A los del Camp Nou no se les han visto fisuras de entidad en este inicio de LaLiga. El trauma de la Supercopa marcó el camino a Valverde, empeñado con razón en enriquecer el sistema protector. Un dato significativo: gana el 76% de las entradas defensivas. El Atlético puede encontrar espacios entre su línea defensiva y Busquets y Rakitic. Saúl y Carrasco explorarán esta vía y se aliarán con Correa y Griezmann. Lectura importante de Piqué y Umtiti.
La contra y el recurso. No habrá alteraciones de peso en la identidad del Atleti, proclive al contraataque y a aprovechar cada entrega equivocada o repliegue defectuoso del conjunto de Valverde. Simeone podría optar por volver a situar a Saúl con Jordi Alba por su mejor juego aéreo cuando Oblak o los centrales saquen en largo. La escenografía tradicional de la que ya ha obtenido réditos.
Griezmann ante Piqué.
Será uno de los focos que pueden determinar el encuentro. Los de Simeone requerirán del ingenio de Griezmann frente a un Piqué que se aflige últimamente en los uno contra uno. Su intención se fijará en generar situaciones que le permitan al delantero francés encarar al central.
Carril vacío. Con toda la banda para él, Jordi Alba deja espacios a su espalda que a Iniesta no le alcanza para recubrir. Las caídas de Correa y el despliegue de Carrasco, cuando se acueste en la derecha, opciones rojiblancas en un costado despejado.