Alarmas defensivas encendidas
Crisis defensiva y de resultados evidente. Lo del domingo ante el Nàstic ha decantado la balanza del último mes y medio hacia la conclusión del flojo rendimiento. Tres empates, dos derrotas y una victoria en los últimos seis partidos es muy poca cosa para un equipo que quiere estar arriba. Encajar doce goles en cinco partidos es una sangría excesiva para un candidato a subir. El gran problema es que la cosa ha empeorado, a pesar de los cambios ejecutados por Luis César Sampedro. Primero desapareció de las alineaciones y de las listas Guitián. El último en caer ha sido Deivid. La pareja Calero-Olivas no ha mejorado las cosas. El gran problema es que parece que da lo mismo quien juegue. El equipo encaja goles sí o sí y nadie es capaz de evitarlo.
Urge una solución y Miguel Ángel Gómez y Sampedro lo saben. Con estos números se alejará la cabeza de la clasificación con seguridad. Es necesario ver a un Valladolid solvente atrás, que empiece por cimentar bien la casa antes de poner las ventanas. Si el gallego lo logra habrá solucionado el problema y si no lo hace él se convertirá en el problema que deba resolver la dirección deportiva. Esto es fútbol profesional, hay mucho en juego y a las entidades no les tiembla el pulso a la hora de fichar, vender, renovar o destituir según vengan los acontecimientos. Hay que desear y esperar que todo cambie a partir de Gijón para que continúe la ilusión tras la llegada de Sampedro.