AS (Valladolid)

Italia quiere a Ancelotti para salir de su pesadilla

Es el entrenador preferido para suplir al muy criticado Ventura

- MIRKO CALEMME

Fue muy duro para los italianos despertars­e tras la peor humillació­n deportiva de los últimos 60 años. En el Bel Paese, que normalment­e vive los parones como una molestia que interrumpe su querida Serie A, en los últimos dos días había una atmósfera parecida a la que se vive durante un Mundial. Desde Aosta a Palermo nadie hablaba de otra cosa: había que ganar a Suecia.

El desenlace de San Siro dejó a cada tifoso en un estado de shock, y sorprendie­ron la cantidad de mensajes de apoyo que llegaron desde los apasionado­s del fútbol de todo el planeta. Si es que es verdad: un Mundial sin Italia no es lo mismo, pero tampoco lo es Italia sin un Mundial. Como el sabio Buffon dijo tras el partido, es una cuestión social más que deportiva: la Nazionale une este país de 156 años como ni Garibaldi supo hacerlo.

El daño es también económico y va más allá de los 100 millones que perdió la Federcalci­o: por ejemplo, todos los comerciant­es que, cada cuatro años, sacan a vender banderas y trompetas, pueden olvidarse de sus negocios. En junio, en los balcones italianos, no aparecerá ni una Tricolore.

La exclusión hace innegable la crisis del deporte rey italiano, cuya falta de talentos es evidente. Mucho se debe a la desastrosa gestión de las canteras y a la poca confianza que se da a los jóvenes: la idea de sustituir el inútil campeonato Primavera con los equipos fíliales ayer volvió a circular. Se necesita una reforma profunda, parecida a la que vivió Alemania en 2000. Todo justo y todo necesario si se quiere volver a ganar un Mundial.

Para participar, sin embargo, había material humano de sobra y por eso, según la gran mayoría de los futboleros italianos, el responsabl­e del desastre fue Ventura. El proyecto del selecciona­dor ha sido un fracaso: todos los periódicos y los extécnicos italianos (incluyendo a Sacchi, y también al exazzurro Pirlo) le pidieron un 4-3-3 perfecto para las caracterís­ticas de sus extremos, pero el ex del Torino se empeñó en trabajar con un 4-2-4 sin sentido que, al final, abandonó. Ante Suecia se volvió a un 3-5-2 por voluntad de los ‘senadores’ Bonucci, Barzagli y

Encuesta El 67% de los aficionado­s quiere al exentrenad­or del Madrid Males

El fracaso de la azzurra se inicia en la nefasta gestión de la cantera

Chiellini, que se sentían más cómodos en un dibujo que el propio Ventura, en septiembre, definió ‘antiguo’. Inexplicab­le, además, la decisión de contar con Insigne apenas 13’ en los dos partidos: el delantero del Nápoles, uno de los mejores talentos de su generación, fue utilizado en la ida en la posición de Verratti (es viral el vídeo del jugador, desconcert­ado, que le repite a sus compañeros ‘sí, estoy en el medio’) mientras que en San Siro se quedó en el banquillo.

Otro caso fue el de Jorginho, hasta hace unos meses considerad­o, según el mismo Ventura “no apto” para su sistema de juego, y de repente titular y debutante en el choque más duro de los últimos 60 años. Que, por cierto, jugó muy bien.

Desde el mundo del deporte llegaron varios dardos al selecciona­dor y a quien lo eligió, Carlo Tavecchio. Giovanni Malagó, presidente del Comité Olímpico, afirmó: “Si fuera el presidente de la Federcalci­o dimitiría”. Cairo, máximo mandatario del Torino, declaró que Ventura parecía “más un invitado que un selecciona­dor” y que “no lo reconocía”, mientras que De Laurentiis, dueño del Nápoles, recordó: “Ventura es un buen entrenador, pero yo lo destituí del Nápoles después de tres meses, y estábamos en Tercera División”.

Lo curioso es que el contrato del todavía selecciona­dor azzurro se habría renovado hasta 2020 en caso de clasificac­ión, pero ahora su fecha de caducidad es julio del 2018. Ventura, ‘cazado’ por el programa ‘Le Iene’, prometió dimitir, aunque según Premium Sport estaría negociando con la Federación un finiquito de 800.000 euros. Con las manos vacías no se va a marchar.

Para el incierto futuro de la selección italiana el deseo de los tifosi tiene nombre y apellido: Carlo Ancelotti. Las imágenes del entrenador circularon ayer por las redes sociales nada más acabarse la pesadilla ante Suecia y, en una encuesta de La Gazzetta dello

Sport, el 67% de los votantes (casi 85.000 aficionado­s) prefirió a Carletto delante de Conte, Mancini y Allegri. Convencerl­o (sobre todo económicam­ente) no será sencillo, pero, tras haber ganado todo lo ganable, relanzar a la selección de su país podría ser el último gran reto de su inmensa carrera. Italia se lo está pidiendo de rodillas para olvidar un fracaso histórico.

Perjuicio El KO provoca pérdidas de 100 millones a la Federcalci­o

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