Un amistoso que no sobra a Lopetegui

Ya estamos todos, o casi todos, el Australia-Honduras y el Perú-Nueva Zelanda servirán para cerrar el menú del Mundial 2018.

Rusia dibuja ya un campeonato que para el aficionado español podría empezar ya mismo. El amistoso de San Petersburgo sobraba, dirá alguno, quizá también los que están previstos ya en 2018 como rampa hacia la gran cita. Pero un Mundial no empieza cuando uno quiere sino cuando lo dice el calendario. Y éste marca en rojo el 14 de junio de 2018, estadio

Luzhniki de Moscú. El partido ante Rusia no sobra, ni por su carácter amistoso ni por llegar tras un festín como el de Costa

Rica que haga comprensible cierta relajación. Es bueno que nos marquen goles (no nos hacían más de dos desde Brasil

2014, aquel 1-5 ante Holanda en Salvador de Bahía), que suframos, que aprendamos a juntarnos atrás, que Thiago e

Iniesta deban perseguir a los demás y no a la inversa, que entendamos que no sólo hay que correr hacia el norte sino también hacia el sur...

De todo ello habrá tomado nota Lopetegui, que ha demostrado un gran sentido de juego y una envidiable capacidad para ir sumando talentos a ese grupo que tanto nos hace disfrutar. Estamos donde queríamos, en el sorteo del 1 de diciembre aunque quizá no en el bombo apetecible (Rusia y Polonia se antojan los rivales con menos colmillo). Queremos que el Mundial empiece ya, pero incluso en ese ‘ya,’ Alemania y Brasil nos superan en las apuestas para ser campeones. Cautela, esa es la clave. Aristóteles decía que la virtud está en el justo medio. Y de medios, especialmente de esos, estamos sobrados.