Esa foto de ‘Carva’ en Valdebebas

Los pasillos de la residencia para los canteranos de Valdebebas están empapelados con imágenes inspiradoras. Bernabéu, Di Stéfano, Gento, Raúl, Zidane... y Carvajal. La escena, ya conocida, es la del dos leganense junto a La Saeta colocando la primera piedra de la ciudad deportiva. Ni siquiera le tocaba a él, por jerarquía, ese pedacito de gloria: era el tercer capitán del Alevín A. Pero siempre tuvo algo. Sobrevivió al desdén de Mourinho, sentó a Arbeloa en su primer año, marcó aquel golazo en la Supercopa al Sevilla con una ampolla monumental y ahora parece que ha regateado una pericarditis. “Lo de la piedra no sólo es simbólico, está en la pared porque les recuerda a los chicos que se puede llegar desde abajo”, me dijo una vez un entrenador de La Fábrica.

Carvajal habla de esos otros “precedentes” de pericarditis y es cauto. Conoce el caso del exvalencianista Manuel Ruz. Lateral derecho, como él, su pericarditis se convirtió en crónica y tuvo que retirarse con 26 años. Hoy entrena al Cadete B del Valencia. David Silva, amigo común, es el puente entre ambos. Por eso Carvajal se ha refrenado. En cuanto el pecho no le dolió su carácter le pidió volver, pero escuchó a los médicos y ahora mira al Wanda con hormigueo en el estómago. Achraf es el futuro, pero está aún en proceso de pulido; el Madrid, y especialmente Zidane, necesita a Carva.