AS (Valladolid)

Messi se guarda la canción

El argentino sestea el día que Serrat reclama por carta a Bartomeu su firma en el contrato

- POR JUAN CRUZ

El día en que Joan Manuel

Serrat le dedica una oda emocionant­e en El País (“Cuarenta y cinco días”), Messi se guardó la canción, dejó que el uruguayo le sustituyer­a en la música de la puntería y sólo participó en uno de los tres goles que su equipo marcó a sólo veinte minutos de donde su rival mayor, Cristiano Ronaldo, aspiraba a interpreta­r un solo en el Wanda Metropolit­ano.

Serrat le reclamaba en ese texto, que arrancaba con una carta al presidente Bartomeu, que firmara cuanto antes el contrato pendiente de su ratificaci­ón. En el estrambote de esa especie de poema en prosa, el intérprete de ‘Paraules de amor’, uno de los músicos más queridos en la patria de Messi, le decía al genio rosarino que estaba dispuesto a viajar algún día a jugar con él en

Newell´s si el legendario futbolista firmaba cuanto antes ese contrato.

En la carta, Bartomeu era emplazado a darse prisa para tener cuanto antes la foto de Messi prolongand­o el contrato (“con un selfie basta”, decía) y al ídolo argentino le prometía por la memoria del Negro Fontanarro­sa ese desplazami­ento a Rosario cuando el futbolista más importante de la historia del Barça decida retirarse. Fontanarro­sa es una palabra mayor de la literatura y del humor en Argentina. Un genio, como Messi; un cuentista, además, que predijo la existencia de Lionel en un cuento memorable: en ese relato la pelota sigue al chico como si fuera atada a su pie. Como juega Messi, exactament­e.

En un día en que el cantante culé lo emplaza en el terreno de la poesía se hubiera esperado que Messi al menos hubiera tarareado. Pero le dejó la oportunida­d a su amigo el uruguayo

Luis Suárez, que por fin acertó, en dos ocasiones, ante una portería contraria después de una sequía, como si tuviera, en términos musicales, lesionada la garganta. Aún así, el Barça continúa esta cuesta arriba de

LaLiga como si el equipo cantara al unísono; hasta Paulinho parece cumplir un rito, marcar al final, como si terminara un soneto que esta vez tuvo un ritmo cansino pero pleno de eficacia. Messi se guardó la canción, y eso se nota en el ritmo del Barcelona. Serrat, en cualquier caso, se habrá alegrado del triunfo que es ver jugar al destinatar­io más importante de su carta.

El cantante Promete al astro argentino acompañarl­e a Newell’s si firma ya

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