Nolito tumba a ‘su’ Celta; el Sevilla ya mira arriba
Maxi Gómez hizo un gol, pero falló tres cantados
Pasaron muchas cosas en el Sevilla-Celta. La principal, que un gol de Nolito, hijo adoptivo de Vigo tres temporadas, ejecutó a los celestes. Estos guiños diabólicos suelen darse en el fútbol y el de Sanlúcar, un artista del balón que había tenido un inicio gris de la temporada, paró los pies en posición taurina antes de conectar con la cabeza el 2-1. Su patada a la valla publicitaria estuvo a medio de camino entre la frustración por su mal inicio de Liga y la condena a un equipo que le dio tanto. Mejora el físico de Nolito y lo notó el Sevilla, que le dio la vuelta a un partido. Posiblemente, ese sea su mayor mérito, el espíritu que le puso para dar la vuelta al 0-1.
El Celta, equipo que con Unzué ha desarrollado mejor los conceptos ofensivos que los de repliegue, ayudas y estabilidad defensiva, encontró un gol inesperado. Pione Sisto puso su novena asistencia de la Liga (tremendos números) y Maxi Gómez remató a 16,18 metros de la portería. David Soria, sorprendente titular en detrimento de Sergio Rico, pagó su deficiente colocación y se tragó el balón. Empezaron los murmullos en Nervión. Mudo Vázquez remató académicamente cuatro veces, pero no acertó. Le pitaron y a su rescate acudió el gol de Muriel, otro de los señalados por sobrepeso.
El protagonista de la segunda parte fue Maxi Gómez, que desperdició tres goles cantados. El Sevilla no estuvo sobrado como para poner la cabeza en el Liverpool. Suficiente hizo con sobrevivir gracias a Nolito.