Toyota TS050: una bestia de mil caballos
LMP1: cabinas cerradas, coches más pesados, motores eléctricos tan potentes como el de combustión y tracción delantera y trasera
Los Le Mans Prototype 1
(LMP1) son la principal categoría de coches que compiten en el Mundial
de Resistencia. Como son prototipos, son automóviles que se fabrican expresamente para la competición, al igual que un monoplaza de Fórmula 1, pero hay enormes diferencias entre las dos disciplinas, así que también entre ambas mecánicas.
Los LMP1 utilizaban motores híbridos antes de que la F1 los incorporase en 2015. En el caso de Toyota, el motor de combustión se complementa con un MGU-K que aporta una potencia extra con baterías sobre las ruedas delanteras. Por eso el TS050 tiene tracción delantera y trasera. Además este motor eléctrico proporciona 500 CV, tantos como el motor de gasolina. En la F1, la parte eléctrica de una unidad de potencia dispone sólo de unos 160 CV.
En cuanto a la carrocería, el LMP1 cubre las cuatro ruedas y también la cabina del piloto, que es cerrada. Eso resta visibilidad a quien va al volante, pero es una solución aerodinámica para un coche algo más alto que un monoplaza y más pesado con el depósito lleno. Los neumáticos son Michelin y tanto los delanteros como las traseros tienen el mismo tamaño, al contrario que en la F1.
Deportivamente, una carrera de 6, 12 o 24 horas tiene poco que ver con un gran premio. En la Resistencia prima el ritmo de carrera, las estrategias y la fiabilidad, restando importancia a los adelantamientos en la pista. Mientras, un F1 actual está concebido para obtener sus máximas prestaciones a una vuelta, en la clasificación, para después rendir en carreras de dos horas.