“Las deportistas sólo son noticia cuando ganan”
María Escario, única periodista deportiva ganadora de un Ondas, acaba de recibir el I Premio Lilí Álvarez por su trabajo en defensa de la igualdad en el deporte. Charla con AS sobre mujeres deportistas, periodismo y su camino.
¿Qué le dice el premio? —Es un doble orgullo. Lleva el nombre ilustre de Lilí Álvarez, una pionera con mayúsculas, la deportista más polideportiva de España. Y es mi primer premio como reportera. —¿Claves para ganarlo?
—Habría que preguntarle al jurado, pero creo que El rugido de
las leonas refleja el paso de esa España en blanco y negro a la actual. En el NO-DO se hablaba del rugby femenino en un tono ridículo: que las mujeres podían practicarlo pese a ser violento o que menos mal que había salones de belleza para que pudieran volver a ser colegialas... A raíz de ahí contamos la realidad: las mujeres le han dado al rugby español sus grandes conquistas en los últimos años. El jurado valoró también que se me ve el plumero. Llevo toda mi vida profesional dando visibilidad a las mujeres deportistas. —¿El periodismo deportivo ha dado el salto y está a la altura?
—Creo que ellas y sus éxitos van muy por delante. Y esto es toda una autocrítica. Hace tiempo que están en la élite pero el periodismo no quiere verlo. Ni las empresas. Y la obligación institucional debería facilitar la inversión. En la violencia contra las mujeres es fundamental la educación en valores. Y en eso tiene mucho que ver el deporte. —El reparto de minutos en los informativos es desigual...
—Ahí tengo que defender a TVE. Somos la excepción, especialmente los fines de semana. Por lo general las deportistas son noticia cuando ganan y los deportistas son noticia hasta cuando entrenan. Es la gran diferencia. Deben mirarse audiencias y cifras de negocio,
pero alguien debe ir rompiendo ese techo de cristal también en los derechos deportivos. —¿Cuánto falta para alcanzar la igualdad real?
—En mi primer Enfoque decía que las mujeres ganan, pero no mandan. Llegará cuando en las federaciones manden también las mujeres. —¿Se sentía un bicho raro cuando empezó en esto?
—Éramos pioneras. Y no creo que hayamos avanzado tanto. Se nos valoraba mucho por nuestra valía y no tanto por el físico. Ahora ha cambiado. Los parámetros de una presentadora lo marcan hombres. Un tío puede ser gordo y feo y presentar, pero eso no ocurre con una mujer. Ese machismo existe y ahora mucho más que cuando empecé. Las mujeres debemos hacer valer más el respeto hacia nosotras mismas. —¿Echa de menos el plató? ¿Cicatrizó aquella herida?
—Nunca hubo herida. Y nunca entendí las formas. Nos ponen y quitan a dedo. Lo vi como una oportunidad. Es verdad que al principio me metía mucha presión para estar a la altura. Pero para mí es un capítulo cerrado. Ahora me lo paso pipa de mujer orquesta. Trabajo más ahora y eso que soy mayor. —¿Metas a corto plazo? ¿Sueños con Tokio 2020?
—Pienso en mi próximo reportaje. La vida y esta casa me han demostrado que todo puede dar un vuelco. Y sí. Mi sueño es ver unos Juegos Olímpicos. Sentarme y disfrutar. Con palomitas.
Un tío puede ser feo y presentar, pero eso no ocurre con una mujer”