Tito y la falta de puntería sentencian al Valladolid
La entrada de Mayoral mejoró al equipo de Luis César
El Leganés está en octavos de la Copa. Es la segunda vez que lo consigue en su historia. La primera acaeció en 2000. Tras 17 años, la gesta no necesitó de épica. Al contrario. Pareció un día más en la oficina. Pasó en la ida, donde el Lega fue mejor que un Valladolid voluntarioso. Las diferencias de categoría se agigantaron sin opción a la machada. Su rival compareció indolente de arrojo. Fue Pucela un bloque blando. Frío como la noche lluviosa que descargó en un desaborido Butarque.
Garitano mezcló suplentes y titulares en una alineación forzosamente experimental en defensa por las lesiones. La chispa de los primeros, afanosos por ganarse un puesto, inflamó a los segundos. El método cuajó hasta voltear a las percepciones. Parecía que la remontada la buscaban los locales, no los visitantes. Al descanso, los de Luis César sólo habían hecho tres faltas por nueve del Lega. El dato desnudó las actitudes blanquivioletas, controladores del esférico, pero no de ocasiones. La mayoría fueron locales nutridas por la verticalidad de Naranjo. Gabriel, con un pase de rabona a El Zhar, fabricó la más clara de la primera parte antes de que Tito peinara el 1-0. Hervías y Mayoral agitaron los temores pepineros con buenas ocasiones tras la reanudación. Este último, canterano emergido desde el banquillo, tuvo cuatro claras. Una dio en la cruceta, otras dos las deshizo Champagne y una cuarta en la que se llenó de balón delante del portero pepinero en el minuto 85. Todo quedó en un aliento famélico de esperanza que no cuajó en milagro.
Con este triunfo, el Leganés pone fin a una racha de cuatro duelos consecutivos perdidos. La meta no quedaba a cero desde el 22 de octubre, ante el Athletic. El Valladolid, por su parte, suma un triunfo en sus últimos ocho partidos. Sólo derrotó al Oviedo, empató cuatro y perdió tres. Se encienden las alarmas en Zorrilla.
Una victoria El Valladolid sólo ha ganado un partido de los últimos ocho