El aleteo de la mariposa y el tornado

Sin afán profético ni queriendo dedicarme a la precognición, destaqué ayer en esta columna que la única victoria del Numancia en el Zorrilla fue en 2010 y con remontada. Pues desde ayer ya son dos. El Numancia se llevó tres puntos muy importantes para seguir en la parte alta de la clasificación, vitales para afrontar con garantías los encuentros que restan de este impar año. Goles de tres hombres que no son de los ‘pretorianos’ del cuerpo técnico, ni falta que hace. Este año se demuestra que el armario tiene fondo. Que hay jugadores trabajando cada día conscientes de que la oportunidad llega en cualquier momento. No se puede obviar que durante 25 minutos el Numancia jugó con uno más, acepto pulpo, pero la disposición y condición sobre el césped no fue igual en la primera parte que en la segunda.

Quiero destacar la decisión de Jagoba Arrasate en el primero de los cambios que hizo. Habitualmente, no sólo el técnico guipuzcoano, sino la mayoría de los técnicos, realizan sus cambios en minutos muy concretos de los partidos. Lo misma palabra lo indica. Cambio para dar un giro al cariz de los acontecimientos. Ayer la decisión no fue fácil. Dani

Calvo fue el primer jugador en dejar sitio a un compañero.

Larrea se incorporó al centro del campo retrasando Escassi su posición para mandar, como suena, mandar en el centro de la defensa. Pequeños cambios pueden determinar el curso de lo historia que escribimos a diario. El cambio no causa dolor, es la resistencia al cambio el que lo causa. Como la teoría del caos, un pequeño aleteo de las alas de la mariposa puede acabar en tornado.