El Burgos inicia el despegue y atosiga a un Bilbao caótico
La mano de Mrsic aún no se nota
Miribilla constató ayer lo que es un equipo que viene de menos a más y otro que cae de forma inexorable hacia el abismo. Mientras el Burgos perfiló durante dos semanas, en plena Ventana FIBA, la finalísima por la permanencia de ayer, el Bilbao se desangraba con un cese y otro cambio. El pabellón por fin se llenó, pero ya ni en la grada se gana. El infierno de Miribilla ha pasado a mejor vida y los 600 seguidores que viajaron desde Burgos se comieron a los 9.400 bilbaínos.
Epifanio preparó muy bien la cita y ayer aún era pronto para notarse la mano de Mrsic. Thomas también debutó: es intenso, toca todos los balones pero no es interior. El Burgos está creciendo y ya percibe que después de tanto tiempo queriendo dar el salto a la élite, puede quedarse algo más de un año (tras imponerse al UCAM Murcia, ya tiene la segunda, su estreno a domicilio en la élite), mientras que el Bilbao Basket nota la soga al cuello. Ahora el ataque, ese arma que le proporcionaba cerca de la centena, le ha abandonado. Mrsic quería defender duro los primeros diez-quince segundos de posesión del rival, pero este rompió casi siempre jugando en llegada. Los castellanos percutieron por dentro y tienen ese uno contra uno del que carece el RETAbet. Fisher, un perfil de base culón con talento que es canela, ejecutó al enemigo.