Astruells, la elegancia llevada al periodismo

El periodismo en general y el deportivo en particular andan más desaliñados que de costumbre a causa de la muerte de Andrés Astruells, sin duda, la elegancia hecha periodismo. Vale tanto el adjetivo para su prosa como para sus maneras, como para su atuendo.

Astruells ha muerto a los 71 años esperando un riñón. Desarrolló su carrera en Mundo Deportivo durante 36 años, donde llegó a ser director adjunto. Al lado de su inseparable

Tomás Guasch, su amigo del alma, formó la pareja de reporteros imbatible de la ciudad. A pesar de ser vitriólico, irónico y un cachondo mental, nadie podía enfadarse con Andrés, que te desarmaba con un sentido del humor propio de alta comedia inglesa. Valga como prueba de su cintura que cuando destacó en la Cadena SER como opinador sobre el Barcelona, muchos le afearon que opinara del equipo azulgrana habiendo sido desde siempre los colores blanquiazules sus favoritos. Andrés, arqueando una ceja y dando una calada al Winston, respondía que ahora era del Barça porque en sueños se le había aparecido Joan Gamper. Periodista total a imagen de su ‘jefe’, el descomunal Castillo, escribía de todo y a él hay que agradecerle la formación de varias generaciones de periodistas que soñaban con ser algo parecido al querido Andrés.