El derbi es de Iago Aspas
Clara victoria celeste que deja al Depor en descenso
El Celta, y más concretamente Iago Aspas, le tienen tomada la medida al Deportivo. Los vigueses sumaron su tercer triunfo consecutivo en el derbi gallego, en el que una vez más el de Moaña fue el gran protagonista con un doblete de lujo que lo consagran como la bestia negra del deportivismo. La victoria le sirve a los de Unzué para escalar en la clasificación y de paso ponerse por delante en la historia de los derbis. Al tiempo, condena al Depor a unas navidades en descenso y quince días de dudas, desde la composición de la plantilla hasta Cristóbal.
El Celta tardó muy poquito en gobernar el derbi porque tan sólo tardó tres minutos en ponerse por delante. Centro perfecto de Pione Sisto, el mejor asistente de LaLiga, y remate de cabeza de Wass ante una contemplativa defensa deportivista. Otro grave error, y ya van...
El jarro de agua fría fue tremendo, pero el Deportivo se ha acostumbrado esta temporada a ir por detrás en el marcador y mantener la fe. Y así lo hizo. Poco a poco, paso a paso, se fue adueñando del balón y del partido. Çolak, Adrián y Guilherme rozaron el empate, pero al buen hacer le falló la puntería. La apuesta celeste al acoso eran balones largos de Rubén hacia Maxi, que una y otra vez morían en nada. Pero la insistencia tuvo premio. Un grueso error puntual, otra de las cruces de este Deportivo, iba a darle alas al Celta. Sidnei despejó mal de cabeza hacia atrás, Maxi Gómez se quedó solo y asistió para que Iago Aspas marcase a placer en el segundo palo. Tercer derbi consecutivo del de Moaña marcando, cuarto gol al eterno rival, que acabarían siendo cinco. Éxtasis celeste con su ídolo. Cataclismo en Riazor ante la absoluta eficacia rival.
El marcador obligó a Cristóbal a subir la apuesta y dejó en el banquillo a Çolak para dar entrada a Andone en busca de la épica. Un cambio complicado de entender, ya que el turco fue el mejor de la primera parte. Pero lo que se encontró el Depor fue con una nueva muesca en la culata del pistolero Aspas, que marcaba el tercero en una espectacular falta directa. El desánimo de la grada se tornaba en depresión hasta que apareció el delantero rumano para hacer el 1-3 y devolver la ilusión, pero se quedó en eso, en ilusión. El Celta no quiso sufrir como en la primera parte, durmió el partido y se dedicó a saborear una nueva, y más que justa, victoria en el derbi para reconducir el camino celeste hacia Europa.
Dominio Tres triunfos seguidos de un Celta que ya domina el balance histórico