“La camiseta y el escudo del Real Valladolid pesan”

El equipo vuelve a los entrenamientos hoy, pero el director deportivo no ha parado de trabajar ni por Navidad. Después de superar la primera crisis con dos victorias consecutivas, ya prepara la salida de algunos jugadores y entrada de otros en este mercado invernal en el que habrá movimiento.

Ya han pasado varios meses desde que llegó a Valladolid, ¿cómo se encuentra? —En la ciudad me encuentro muy bien, estoy muy feliz, mis hijos son muy felices. Nos hemos encontrado unos vecinos hospitalarios, amables… Si las cosas van bien podría estar aquí 10 años. Valladolid es una ciudad que se adapta muy bien a mi forma de ser, una ciudad a la que le gusta mucho el deporte, culta, con un nivel educativo alto y muy viva. Mis momentos malos han sido más de frustración por no poder devolver el cariño que me han dado, que de temer por mi puesto. La gente no es feliz viendo al equipo jugar bien, la gente es feliz viendo a su equipo ganar. —¿Los últimos seis puntos han hecho que el turrón sea más dulce? —Es evidente, sobre todo, porque los jugadores ven que el trabajo tiene su recompensa. Eso da más estabilidad. Si te vas a tu casa a descansar con el trabajo bien hecho, te vas más tranquilo. —Luis César quiso seguir conduciendo el Ferrari y cambió su forma de jugar… —Ha demostrado que no es terco, que quiere evolucionar. Los entrenadores veteranos saben que se tienen que ir adaptando. El entrenador, cualquiera, tiene que ir modificando su modelo de juego porque como te quedes anticuado, pierdes. Ahora no tenemos todos los ajustes hechos, pero en su filosofía ha demostrado que quiere mejorar, por lo que él se dio cuenta que en la transición del ataque a la defensa teníamos unas debilidades y las está intentando corregir. —¿Estas dos últimas victorias han cambiado la percepción?

—Tras la derrota ante el Albacete la situación fue difícil porque íbamos con ilusión, porque Luis César en ese partido cambia. Decía Einstein que si quieres resultados diferentes no hagas lo mismo. El entrenador en este partido cambió. Decide cambiar su sistema para no encajar tanto y empieza a probar cosas. La decepción vino porque se cambiaron cosas y no se consiguió solucionar los problemas. Esto es alto rendimiento. Él ha tomado decisiones porque cree en ellas. Pone a Moyano en la izquierda porque piensa que los rivales encontraban ahí nuestro punto débil y ya no lo es tanto. —…Pero a veces ha parecido que a Luis César no le satisface ganar así… —Que uno busque la excelencia es bueno, pero en alto rendimiento se vive de los puntos. No creo que fuera tan así, pero es verdad que a él le gusta que la gente disfrute, que el equipo use bien el balón, pero lo importante son las victorias. Nuestro primer tiempo ante el Zaragoza, para mí, fue de los mejores. —Da la sensación que con Luis César el equipo depende sobre manera de la efectividad, de marcar en la primera ocasión porque si no, lo hace lo hace el rival y los encuentros se complican mucho… —Es verdad que el equipo metió las dos primeras, pero luego seguimos generando y en la primera parte pudimos cerrar el partido. Luego nos marcan el primer gol y tenemos que empezar a pelear con nuestros miedos. Insisto en que esto es alto rendimiento, hay que aguantar la presión y jugar en el Valladolid no es lo mismo que hacerlo en cualquier otro equipo. Aquí hay presión. Somos un equipo importante, más allá de la realidad presupuestaria, pero aquí es donde jugadores como Toni se van a

hacer grandes. La camiseta y el escudo del Valladolid pesan. —¿Cómo ve el vestuario?

—Los veo felices, tras la victoria ante el Zaragoza los vi muy felices. Hubo una sensación de grupo y de compromiso que a mí me hace ser positivo. El vestuario está vivo y tiene pasión por su trabajo y su fútbol. —¿Seguro? Porque ha habido momentos difíciles, con jugadores disgustados, como es lógico, por no jugar, el entrenador ha tenido que poner a más de uno firme… —A los que no juegan siempre les parece mal. Siempre. Para mí un buen grupo no es el que no tiene problemas, sino el que los gestiona bien. Hasta el día de hoy todos están siendo muy profesionales, el que tiene problemas va a hablar con

el entrenador o conmigo y le damos las soluciones siempre que respete al grupo. No vamos a permitir que el ego de una persona esté por encima. —Míchel desde el partido del Albacete y la posterior rueda de prensa de los capitanes en la que no quiso hablar se ha quedado fuera de las dos convocatorias… ¿le puede llegar a costar salir ahora del club? —No. Míchel es tímido. Él no lo hizo por nada, ni a él se le castiga por eso… Míchel es un jugador que creemos que puede aportar mucho, pero a día de hoy hay otros compañeros que hacen que el equipo rinda mejor y el entrenador entiende que ahora le toca quedarse fuera, como le ha tocado a otros y les tocara a otros. Míchel debe respetar las decisiones del entrenador, como las respetaron Moyano o Cotán, y luchar por ser titular. Si él cree que tiene que salir me lo tiene que transmitir a mí. —Entiendo que, de momento, no lo ha hecho…

—Nada.

—¿Puede asegurar que el 1 de febrero Míchel estará aquí?

—Tengo que pensar que sí, pero yo no lo aseguro, pero no en este caso, en ninguno. El mercado cambia, se mueve. En el mercado disfruto porque es el momento en el que yo me siento cómodo. A mí no me asusta que venga una oferta por Míchel porque creo que es un gran jugador. Yo me lo quiero quedar, pero no me asusta tener que traspasarlo. Él es un gran profesional y lo que tenemos que hacer es que rinda como el año pasado para que convenza al míster. Lo que tengo claro, y se lo he explicado a todos los jugadores, es que yo no creo en el pasado. Un jugador que la temporada pasada dio un rendimiento, en la nueva campaña tiene que volver a darlo. Míchel, como capitán, tiene que dar ejemplo y hasta ahora lo da. Del pasado no se vive, se vive del presente. —¿Sergio Marcos jugará en la Cultural?

—Suponemos que sí. Sergio

Luis César Demostró que no es terco, que quiere evolucionar y mejorar”