Nadal amarra el número 1 tras batir a Schwartzman
Se enfrentará en cuartos con Cilic, el verdugo de Carreño
En un día normalito, Rafa Nadal es capaz de sacar adelante un partido del máximo nivel en un Grand Slam. Es lo que hizo ayer en un domingo húmedo (61%) y nublado (27 grados) en Melbourne. Ante Diego Schwartzman (25 años y 26º del ranking), el jugador que más problemas le ha dado hasta ahora en Australia y el único que le ha ganado un set, el balear buscó los recursos necesarios (red y agresividad) para compensar su falta de consistencia con el servicio y vencer en cuatro mangas: 6-3, 6-7 (4), 6-3 y 6-3. Con el número uno asegurado (Federer ya no puede superarle), le espera un top-ten por primera vez en un grande desde que se enfrentó a Wawrinka en 2017 en la final de Roland Garros: Cilic, que eliminó a Carreño. Eso será mañana.
Nadal era el ídolo de la adolescencia de Schwartzman y son amigos, pero en la pista no se notó. El bravo y pequeño argentino, quien se entrenó unos días bien aprovechados en la Academia de Manacor, le buscó las cosquillas a su colega desde el principio. Le incomodó mucho y no perdió el sitio en la pista. Así vimos a un Nadal defensivo. Pero si perdonas al número uno del mundo, lo llevas crudo. Y eso hizo Diego en el quinto juego y, sobre todo, en el séptimo, en el que desperdició un 0-40. A la postre le costó el parcial.
Pero no se vino abajo el bonaerense y en la segunda manga también dio la cara. Nadal envolvía su drive para sacar a su rival de la zona de confort, e intentaba presionarle en la red. Cada uno tuvo su momento y fue divertido. En la muerte súbita, Schwartzman estuvo brillante e igualó el partido.
Sometido a un brutal esfuerzo físico y mental, al argentino empezaron a fallarle las fuerzas. Nadal lo vio y le movió aún más. Con esa idea aceleró y se llevó con relativa facilidad el tercer set. Pero todavía le quedaba una marcha más a Schwartzman. Tuvo cinco bolas de break en el segundo juego de la cuarta manga y, con ojos de halcón de por medio, se le escaparon porque el manacorí estaba para pocas bromas. Luego encajó un break y de nuevo tuvo dos ocasiones de rotura. No las aprovechó y la proeza ya se le puso muy cuesta arriba. Gran trabajo sin mayor recompensa. A Nadal, que alcanza los cuartos de final de un Grand Slam por 33ª vez (10ª en Australia), le toca ahora elevar el nivel ante Cilic, a quien domina por 5-1 en sus duelos particulares.
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