Expansión blanquivioleta en Arabia
El fútbol ha cambiado definitivamente. Lo del domingo por la tarde saltando a la vez diferentes fichajes de jugadores árabes en diferentes clubs españoles es algo inédito y que con los cánones tradicionales tendría una difícil explicación. Pero al igual que el mundo evoluciona a un ritmo alocado, el fútbol se ha convertido en algo fundamentalmente empresarial que no nos debe permitir sorprendernos por cosas como la del viaje masivo de dirigentes españoles a Ryad para volver en el avión con un montón de jugadores cuyo nivel futbolístico está todavía por descubrir.
La Liga, presidida por Tebas, está dispuesta a expandirse, a abrir fronteras, a rentabilizar al máximo su marca y su producto y no se rige por los parámetros tradicionales del fútbol de toda la vida. Impera el negocio y, seguro que, si se están haciendo todas estas operaciones será porque alguna rentabilidad van a producir.
Yo no veo el problema de que el tal Nouh Al-Mousa venga al Valladolid, haya sido elegido o adjudicado en sorteo y entrene a las órdenes de Sampedro si eso deja algún beneficio económico o de imagen al club. Otra cosa es que el entrenador gallego tuviera que alinearlo por obligación o que el futbolista fuera un impresentable capaz de envenenar en cuatro semanas el vestuario. Si el chaval llega, aporta su fútbol y puede ser más o menos aprovechable, pues correcto, sin más. Pero démosle, al menos, el margen de la duda y entendamos todos que los clubes son empresas, toman sus decisiones, las analizan, las ejecutan y no tienen que dar cuentas por ello a nadie.