Federer: enfado con el Ojo de Halcón y paliza
Acabó en tres sets con Berdych y se mide a Chung
Ajugadores como Roger Federer, leyenda en activo, no conviene enfadarles cuando las cosas no les van del todo bien, porque al irritarse desatan su ira. Eso es lo que pasó el cálido miércoles en la Rod Laver Arena de Melbourne. El suizo empezó flojo, destensado, y Tomas Berdych, un rival que le conoce bien (se han enfrentado 26 veces, 14 en Grand Slams, y es uno de los duelos más repetidos en la Era Open), aprovechó el despiste y se colocó con un 5-2 que parecía empujarle sin remedio hasta la victoria parcial en el primer set. Pero un supuesto saque directo del checo cantado como bueno por los jueces con 5-3 y 30-40 para Federer en el marcador, fue reclamado para su revisión por el ganador de 19 majors. El Ojo de Halcón falló y el árbitro, el irlandés Fergus Murphy, se disculpó diciendo que el gráfico no podía reproducirse pero que la bola había sido buena.
A Roger esto no le sentó nada bien y protestó: “¿No funciona el gráfico y usted da por bueno el punto, sin más?”. Seguro que a Berdych tampoco le hizo gracia el enfado del helvético y se temió lo peor. A partir de ahí, Federer sacó todo su arsenal para remontar la manga y ganar las dos siguientes por la vía rápida: 7-6 (1), 6-3 y 6-4.
El Genio de Basilea disputará por lo tanto su 14ª semifinal en el Abierto de Australia y la 43ª en un Grand Slam, más que nadie en ambos casos desde
Sorpresas El coreano Chung ganó el duelo de revelaciones a Tennys Sandgren
1968, el inicio del tenis moderno. Con 36 años cada vez tiene más cerca la posibilidad de plantarse en la final e intentar ganar su 20º gran título (sexto en la capital de Victoria), un registro que casi sería ya inalcanzable incluso para Rafa Nadal, que suma 16.
Para ello no podrá despistarse mañana ante la revelación del torneo, Hyeon Chung, que eliminó a Tennys Sandgren (64, 7-6 (5) y 6-3). Federer llega con menos de diez horas de juego en sus piernas, Chung suma dos más, y Edmund y Cilic, cinco.