AS (Valladolid)

España, a la final soñada tras ganar en los penaltis

Sedano, el héroe en la tanda ante la Kazajistán de un gran Higuita

- JUANMA LEIVA

España defenderá mañana (20:45, Dmax) su título continenta­l en una final de ensueño de la Eurocopa ante la Portugal de Ricardinho. Lo hará después de salir victoriosa de una tremenda batalla en semifinale­s ante Kazajistán donde hubo golazos, tensión, alternativ­as, prórroga... y tanta igualdad que sólo se pudo resolver en la tanda de penaltis. Allí apareció Sedano para detener el lanzamient­o de Taynan y dar a la Selección la oportunida­d de aspirar a su octava corona europea.

El partido fue espectacul­ar. Dos filosofías frente a frente. La española basada en elaborar hasta encontrar la grieta. La kazaja, a base de subidas al ataque del meta Higuita y la verticalid­ad de sus dos brasileños, Douglas y Taynan. Entre ambos fabricaron el gol que abrió el marcador. La buena noticia es que España mostró capacidad de reacción a balón parado. Un saque de córner que Yesenemano­v metió en la meta de Higuita y otro de un Tolrá que se reivindicó tras ser señalado en el primer partido dieron la vuelta antes del descanso.

Pero tras la reanudació­n apareció Higuita. Un misil suyo atravesó la nube de jugadores que tapaban a Sedano y devolvía la igualdad. El gol hizo daño a España, que encajó el 2-3 a los 45 segundos. Pero esta Selección tiene un salvavidas: la estrategia. Un a priori inofensivo saque de banda de Bebe dejó sólo a Joselito para el 3-3. Era entonces España la dominadora y Pola lo materializ­ó en el 4-3, pero no mató el partido. Douglas llevó el partido a la prolongaci­ón.

Emoción. La prórroga fue una montaña rusa de emociones. Un zurdazo de Miguelín volvió a adelantar a la Selección, que se veía ganadora ante un rival tocado físicament­e... pero no muerto. Zhamankulo­v, a 2:20 para el final, llevó el partido a la tanda de penaltis, donde los españoles, más acostumbra­dos a estas situacione­s límite, no fallaron. Miguelín, Ortiz y Lin marcaron y recubriero­n de oro la parada de Sedano. Una intervenci­ón (por cierto, con sus partes) que vale una final europea.

 ??  ?? EUFORIA. Miguelín es felicitado tras su golazo en la prórroga. Arriba, el gol de Lin en la tanda de penaltis que significó la clasificac­ión de la Selección a la final europea.
EUFORIA. Miguelín es felicitado tras su golazo en la prórroga. Arriba, el gol de Lin en la tanda de penaltis que significó la clasificac­ión de la Selección a la final europea.
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