Fin de la pesadilla para el número 1 del último draft
Fultz regresó tras 68 partidos
Los Sixers ganaron a los Nuggets, séptima victoria seguida de un equipo que ha sellado su regreso a los playoffs después de un lustro. Y que ha utilizado su travesía del desierto (15 victorias de promedio las tres últimas temporadas) para amasar talento joven con el que volver a la élite: el camerunés Joel Embiid (número tres del draft de 2014), el australiano Ben Simmons (uno en 2016) y Markelle Fultz, último número uno.
Pero si el draft 2017 apunta a histórico por cantidad y calidad de jugadores, su teórica joya de la corona (el uno: Fultz) ha vivido una pesadilla por culpa de una lesión de hombro que solo le ha permitido jugar cinco encuentros: cuatro en el arranque de temporada y el quinto el lunes por la noche ante los Nuggets, 68 partidos después. Anotó 10 puntos y se llevó una ovación atronadora y la bendición de su entrenador, Brett Brown: “No sabéis por lo que ha pasado”.
Porque su lesión ha sido una de las historias más extrañas de la NBA en los últimos años. En Philadelphia aseguraron que se debía a su intento por cambiar la mecánica de tiro y su entorno contestó que era justo al contrario. Los vídeos de Fultz entrenando solo, incapaz de lanzar a canasta de una forma ortodoxa, se convirtieron en virales y se habló de la necesidad de una “reeducación muscular” para salvar su carrera. Una montaña de presión para un jugador de 19 años que ahora, por fin, ha vuelto a sonreir.
Mal trago “No sabéis por lo que ha pasado”, dice su técnico, Brett Brown