El futuro, en juego en el partido de la discordia electoral
Europa y Ziganda, a debate
Nunca antes se habló con tanta antelación de un Villarreal-Athletic. Sin pretenderlo, ha sido el partido de la discordia a cuenta de las aplazadas elecciones a la presidencia de la Federación, en las que en un principio no podía votar únicamente De Marcos por la coincidencia de eventos y en las que se han sumado ahora otros 138 asambleístas sin urnas por una resolución del TAD. Veremos cuándo pueden hacerlo. Sin embargo, del encuentro seguro que también se hablará después de esta noche. El Submarino arriesga ir a Europa, con el Betis en pleno vuelo y el Sevilla pinchando, y Ziganda se juega agotar el poco crédito que le queda tras las últimas declaraciones de Urrutia en las que no pareció dispuesto a dejarle acabar su contrato. Uno de los dos estará en el disparadero.
El Villarreal al menos sabe que ya es imposible hacerlo peor que en Málaga. La última derrota aún escuece. Calleja ve el encuentro como una final al echar un ojo al calendario (próxima salida, el Pizjuán) y para ella recupera a todos los tocados. Bruno es el único que no consigue abandonar la enfermería. Trigueros volverá a coger los mandos y la sorpresa es la de Castillejo (fuera de la lista). Soriano estará en uno de los vértices del centro del campo.
El Athletic, por su parte, no está para bromas en este año para olvidar. Encadena sin ganar 14 años y 12 partidos en Vila-real y la última vez que lo hizo fue en 2004 con un gol de Jonan García, un ex que ahora ha vuelto a estar de actualidad al entrar en la cárcel por los amaños. En tierra de nadie en la clasificación y con Aduriz de capa caída (cuatro suplencias seguidas), el único atractivo será poder ver de nuevo a Muniain.