Miedo a los progresos de Honda
Quizás no sea conveniente obsesionarse ahora con el motor Honda y sus progresos cada dos fines de semana porque
McLaren y los japoneses separaron sus caminos para bien o para mal, lo lógico sería que para el bien de ambos. Ahora, tampoco hay que mirar hacia otro lado cuando un Toro
Rosso propulsado por Honda termina cuarto en un circuito de rectas y potencia como es
Bahréin con grandes cifras de velocidad punta. Sí, tiene truco: su fiabilidad sigue cuestionada y Gasly, el premiado, es también el único piloto que estrenaba unidad de potencia. Pero hay una realidad: el segundo equipo de Red Bull ha igualado su mejor resultado de las últimas temporadas, un cuarto de Sainz en Singapur
2017, y Honda ya ha mejorado el suyo: con Woking sólo lograron varias quintas plazas.
Yel McLaren? No está tan lejos, pero tampoco estuvo cerca. Su escasa velocidad a una vuelta los sábados es preocupante y ya no se puede señalar solamente al propulsor. Luego en las carreras su ritmo es ilusionante, ver a Alonso defenderse y adelantar en la pista (también a Hamilton) no había sido tan habitual durante las últimas tres campañas. Las dos primeras carreras del año dejan a Fernando cuarto en la clasificación general y a su equipo tercero tras Mercedes y Ferrari. Es un espejismo, sí, pero también un mensaje inequívoco de que los cambios han sido a mejor. Pero ver a ese motor Honda por delante de un McLaren tan pronto esta temporada desliza que, dentro de los grandes problemas por los que pasaron juntos desde 2014, no toda la culpa tuvo que ser de los japoneses...