Un fracaso imperial
Repaso histórico del Roma ante un Barça desbordado Messi, ausente para salvar a un equipo desquiciado Repaso de Di Francesco
Un fracaso imperial. Por tercer año consecutivo el Barcelona volvió a quedarse fuera de las semifinales de la Champions League tras ser arrasado por el Roma por 3-0 en el peor partido que se le recuerda a los de Valverde desde que en agosto los barrió el Real Madrid en la Supercopa. Sin personalidad, sin juego, sin Messi y sin ningún argumento, el Barça volvió a naufragar en el Olímpico ante un equipo inmensamente superior que bajó a los barcelonistas de un pedestal artificial.
En teoría, el rival era el ideal para pasar a semifinales, el resultado de la ida, lo mismo, de las plantillas y el presupuestos, ni hablamos, pero no queda más que decir y aceptar que el Roma fue mejor. Y que, encima en un alarde de justicia poética, De Rossi y Manolas pudieron subsanar con goles los dos tantos que se marcaron en propia portería en el Camp Nou. El fracaso del Barça en Europa viene a dar la razón a Valverde, que en la previa advertía ante la risa generalizada que la eliminatoria no estaba ganada. Se lo creyó sólo él. Y no supo transmitirlo a sus jugadores, que deambularon por el Olímpico de una manera ridícula.
Estaba claro que para que algo cambiara respecto al partido de ida, algo tenía que cambiar, especialmente en el equipo romano. Mientras en el Barcelona Valverde repetía la alineación de la ida, en el Roma, Di Francesco cambiaba de cabo a rabo el sistema y el equipo para dar de nuevo un baño al técnico barcelonista (ya se lo había dado con el Sassuolo cuando se enfrentó al Athletic Club).
Salió el equipo local con una defensa de tres con Juan Jesús, Manolas y Fazio y cargando en ataque el cuerpo de Schick para ayudar a Dzeko. El Barça no se enteró de nada. Fue arrasado por una manada de búfalos.
Este planteamiento le rentó mucho más al Roma que al Barcelona, que se pasó la primera parte sufriendo. La salida del equipo romano fue inasumible para un Barcelona que por mucho que avisara Valverde en la previa, salió al campo muy blandito.
La alarma naranja con la que se inició el partido se volvió roja cuando a los seis minutos de partido Dzeko cazó un pase largo para ganarle la espalda a Alba y a un