A Lyon y a Kiev pensando en Tallin

Finalista madrileño en la Champions, finalista madrileño en la Europa League. Es para estar contentos. Prestigio para LaLiga y prestigio para mi ciudad, este viejo poblachón manchego al que le tocó ser capital de un imperio porque estaba en el centro de la Península y lo rodeaban espléndidos terrenos de caza, hoy convertidos en interminables urbanizaciones de adosados. En Madrid siempre se habla mucho de fútbol y ahora más, claro. Se buscan entradas, se pregunta por los viajes, se hacen planes. Los dos clubes están a revientacalderas, organizando el viaje, recibiendo peticiones y preparando el sorteo de entradas para los socios. Sólo Glasgow, Liverpool, Milán y Madrid han tenido dos finalistas en el mismo año. Sólo Milán puede presumir des dos títulos en un año (1994), pero sólo Madrid había repetido ya, así que esta es la tercera vez que lo consigue. En ambas finales, el equipo madrileño es favorito, por más margen el Atlético ante el OM (1,36 a 3.05) que el Madrid ante el Liverpool (1,69 a 2,14). Si tenemos la suerte de que ambos ganen, empezaremos el curso próximo con un derbi madrileño el 15 de agosto en Tallin, una ciudad preciosa que merece una vista al menos en la vida, y sin necesidad de que haya un gran partido. Claro que si lo hay, mejor que mejor. Pero eso llegará si llega y no va a ser fácil, como tampoco lo es hacerse con entrada y montar el viaje. Al Atleti le pilla más cerca y es más barato, pero su final se juega en miércoles, lo que obligará a coger unos días de permiso. Para el Madrid es sábado, pero es lejos, el viaje es caro y los hoteles no digamos. Los vuelos directos no son fáciles, y hay quien mira aviones a Varsovia, Vilna, Minsk o Chisinau, para completar luego el viaje en coche alquilado. Ir a una de estas finales es una pequeña proeza, sin garantía de triunfo final, pero en general sobran valientes dispuestos al gasto, al cansancio y al riesgo de la derrota. Es la fuerza del fútbol.

“...UNA CIUDAD PRECIOSA QUE MERECE UNA VISITA AL MENOS EN LA VIDA, Y SIN...”