Va a ser el año de Márquez
No voy a cometer la osadía de afirmar que
Márquez tiene ya un nuevo título de MotoGP en el bolsillo, faltaría más. Pero sí pienso que, en condiciones normales, éste va a ser un gran año para el ilerdense. Se trata de una alineación evidente de los astros: él se encuentra más cómodo que nunca con una
Honda muy competitiva desde el arranque de temporada y sus rivales no están demasiado finos en general. Sumando una cosa con otra y aderezándolo con el talento inconmensurable de Marc y su ambición desmedida, el resultado sólo pueden ser las victorias que sigue acumulando. En Jerez ha vuelto a exhibir un potencial que debe preocupar a quienes pretendan desbancarle de la condición de favorito claro, un nivel identificable desde la primera carrera en Qatar, incluyendo en la del lío.
Si Márquez coge carrerilla puede convertir la campaña en un monólogo, lo que tampoco sería atractivo. Hay que esperar que el resto de protagonistas le pongan las cosas más difíciles que en
Austin o Jerez, aunque en lo que llevamos visto se aprecian demasiados altibajos entre las
Yamaha y Ducati oficiales, tanto que los equipos privados están jugando un papel un tanto inesperado, poniendo en jaque a los que sobre el papel son superiores. Dovizioso es el rival más solvente, a Lorenzo le falta mucho para llegar a su tono, a Pedrosa el infortunio le persigue, mientras que Rossi y Viñales sufren más de lo previsto con una moto poco consistente. Así, el camino se allana para el ya líder del Mundial y, aunque insisto en que es pronto para proclamar un campeón, Marc tiene hoy más papeletas que nadie.