Salir vivos de La Romareda

La cara de Mata refleja la felicidad y el compromiso. Sabe que su temporada pasará a la historia del Valladolid pase lo que pase, pero si se corona con el playoff y ya no digo nada si es con el ascenso, será inscrito con letras de oro. Es triste recordar como el año pasado Paco Herrera tuvo a Raúl de Tomás, Jose, Mata y Villar y no fue capaz de entrar en playoff. De Tomás vio media campaña en la grada, Mata terminó sin jugar y perdiendo toda la confianza, después de haber estado trabajando a destajo en la banda izquierda al servicio de vaya usted a saber qué. A un entrenador hay que pedirle como mínimo que no estropee lo que hay, pero hay veces que esto choca con su lógica de técnico. Más o menos como Luis César con Míchel, Nacho o Toni, que han colaborado al cambio de fisonomía con Sergio González.

Calculadora en mano no hacemos más que intentar encontrar los números que nos lleven al playoff. Ahora que estamos vivos, la cita de Zaragoza se antoja definitiva, como cada una de las últimas siete u ocho. Lo he dicho otras veces, esas cuentas que siempre se hacen y que nunca salen, esta vez parece que cuadran, pero sin estar nada hecho. Los dos rivales del Valladolid también se la juegan, y los partidos que tienen Numancia en Sevilla, Cádiz en casa ante el Tenerife y Osasuna en El Sadar ante el Lorca no me ofrecen demasiada ayuda y tal vez la Cultural sea la que frene al Oviedo. Para evitar sustos hay que sumar en Zaragoza, ganar sí, pero si en el 89’ vas 1-1 no debemos olvidar, ni los jugadores tampoco, que el empate en La Romareda permite depender de sí mismo ante Osasuna.