Iván Ania rompe la monotonía con una sesión en la playa
Primera vez lejos de La Albericia
Ni los tradicionales pinares de Liencres, ni el circuito de cross de Soto de la Marina, habitual en el último lustro, ni tan siquiera carrera continua en las Instalaciones. Desde que llegó el equipo técnico comandado por Iván Ania solo se entrena, para satisfacción de los futbolistas, con balón. Incluso ayer, pese a que el ovetense se llevó a su equipo a la playa, lo hizo llevándose también un saco de balones. Para no perder la costumbre.
El míster racinguista decidió hacer el trabajo regenarativo tras el amistoso frente al Vitoria con la ayuda de las aguas del Cantábrico. Eso y, obviamente, romper la monotonía tras las tres primeras semanas de pretemporada. Estiramientos ante la curiosidad de los bañistas, un ligero trote de punta a punta, desde El Chiqui hasta el aparcamiento del Camello, fútbol-tenis y como colofón baño obligatorio, al menos hasta el muslo. Día casi de asueto entre dos partidos, ya que mañana juegan en Luanco frente al Lugo, de Segunda.
Tocados. Mario Soberón, con sobrecarga muscular, se sumó ayer a Antonio Tomás y a Ritchie Kitoko, que se perdieron el partido del martes, también con ligeras molestias. Nada preocupante.
Hasta ahora, el único lunar de la pretemporada ha sido la rotura de ligamento cruzado del ya operado Miguel Gándara.
Mario Soberón, con sobrecarga muscular, no participó con el grupo