Rodrigo ya está de vuelta y golazo de Daniel Wass
Victoria de prestigio con doblete del internacional español
El Valencia empieza a coger velocidad de crucero. En un partido de altos vuelos, contra un rival exigente, aunque algo cándido en defensa, y en un escenario Premier, dio la talla. Marcelino expuso sobre el verde lo mejor que tiene ahora mismo, con un equipo titular muy parecido al que iniciará LaLiga contra el Atlético. Y funcionaron bastantes más cosas que en Leicester.
Lo primero, que Rodrigo empieza a acercarse al nivel que le llevó al Mundial. Pese andar aún justo de forma, recibió, repartió juego y, sobre todo, marcó, algo que el equipo necesitaba. Sube su valor en el mercado. Bueno para los que le quieren vender para equilibrar la caja, malo para Marcelino y para el valencianismo. En la segunda parte, se ajustaron los automatismos y hubo menos errores atrás. Daniel Wass culminó el triunfo con un golazo.
Enseguida llegó el primer tanto del Valencia con la camiseta del Centenario. Lo tuvo que hacer Rodrigo, en el 6’, que transformó una jugada made in Paterna. Recorte y pase al segundo palo de Ferran (que jugó por la izquierda), control y remate de Soler que acabó en los pies de Rodrigo. Y gol del hispano-brasileño. El primero, también, de un delantero ché esta pretemporada.
El Everton pronto respondió. Desmarque de Tosun, pase de Walcott y derechazo cruzado a la red del turco, invalidando la plástica estirada de un Neto que minutos antes había salvado el empate con un paradón a Richarlison. La imponente jerarquía del Everton en el medio era proporcional a la candidez defensiva de su defensa. Rodrigo veía gol por todos los lados. Descarga a banda, centro medido de Piccini y Rodrigo, de cabeza, de nuevo a la red. Pero otra vez, el Everton, a balón parado, niveló. Keane, de cabeza, a la salida de un córner.
El ritmo trepidante dio una tregua tras el descanso. Los entrenadores insistieron en pulir los defectos. Y así bajó el ritmo de juego y los jugadores empezaron a equivocarse menos. No hubo prácticamente ocasiones. Parecía que el empate era el resultado ideal. Pero no pensaba lo mismo Wass. Robó un balón en el centro del campo avanzó firme hacia el área y desde lejos enganchó un derechazo que entró tras tocar en el larguero. Era el colofón a un duelo en el que el Valencia demostró que progresa adecuadamente.