Un estreno a lo grande
Gallar ilumina el primer partido del Huesca en LaLiga
Hace seis años Álex Gallar comenzaba la temporada en el Rubí de Tercera División; de ahí pasó al Terrassa, Cornellá, Hércules... y Huesca, donde ha pasado a la historia. Con un doblete suyo el equipo oscense vivió un feliz estreno en la máxima categoría del fútbol español, ante un Eibar que es un poco el espejo en el que se miran los altoaragoneses. Los pupilos de Leo Franco justificaron su presencia entre los grandes con un ejercicio de madurez.
Regresaba el fútbol a Ipurua, y lo hacía con otra fecha para la posteridad: otro debut en Primera, cuatro años después del de los armeros. Dos conjuntos ilusionados por seguir haciendo historia en el futbol ante un estadio extrañamente medio vacío.
El Eibar empezó jugando a lo que sabe. Con el balón en los pies mantuvo la superioridad ante un Huesca que esperó cómodamente atrás. Esperó y esperó, pero apenas tuvo dificultades ante un rival que pareció no encontrar manera de avanzar en tres cuartos. Y como suele ser habitual, quien mucho perdona, acaba por lamentar sus errores. Fue Gallar, en el 5’, quien en un balón recibido de espaldas, quebró a dos defensas y perforó la portería de un Dmitrovic rapado al cero y la zona capilar del cráneo blanca como si tuviera un gorro de piscina.
No tardaría mucho en llegar la segunda oportunidad de oro para los de Leo Franco, que vieron cómo Dimitrovic paraba un mano a mano a Cucho Hernández. Por parte de los guipuzcoanos, la más clara llegó en una jugada por la derecha; un centro de Peña en el 18 que dejó solo a un Kike que no remató, y propició una segunda jugada que Enrich no pudo terminar. Para desgracia de los de Mendilibar, Gallar volvió a sacar a relucir su calidad anotando un golazo de falta directa.
Emoción. La segunda mitad comenzó como un calco de la primera. Mucha posesión y poco peligro por parte del Eibar. Sin embargo, según transcurrieron los minutos, parecieron despertar al fin los guipuzcoanos, que buscaron cada vez más las cosquillas del Huesa. El gol local tardaría en llegar, pero lo hizo en el 69’, cuando Escalante empujó a portería un pase desde el lateral de Rubén Peña, uno de los mejores del encuentro.
Los últimos minutos fueron un martillo pilón por parte de un Eibar que veía cómo el empate les negaba en una jornada para la historia de Huesca.