Toyota borra la infelicidad de Alonso
La superioridad de Toyota en la actual Súper Temporada del Mundial de Resistencia es tan abrumadora que el resto de coches de la máxima categoría de las 6 Horas de Silverstone parecían meras comparsas. El reglamento del campeonato varía con la firme intención de acortar distancias entre el todopoderoso equipo japonés y los LMP1 privados, pero la tecnología híbrida, el descomunal presupuesto que manejan, la gran experiencia de tantas temporadas acumuladas en el WEC, los miles de kilómetros recorridos y contar con los mejores pilotos del campeonato hacen que la igualdad en pista sea una quimera indefendible e imposible de que se produzca. La única opción de triunfo para el resto de coches de la máxima categoría es un doble abandono de las dos unidades de los de Aichi...
O una doble descalificación.
El TS050 Hybrid que conducen Alonso, Buemi, Nakajima, Conway, ‘Pechito’ López y Kobayashi no tiene adversario fuera del box nipón y las tres citas disputadas del WEC, y todas las que faltan por delante en el calendario, han sido y serán una batalla fratricida entre las dos unidades oficiales con el único límite de que los seis pilotos saben que el triunfo debe ser sí o sí para uno de los coches de Toyota. Las órdenes de equipo se limitan a controlar heroicidades en los adelantamientos fuera de guión y la llegada de Alonso ha impulsado a Buemi y Nakajima un espíritu guerrero excepcional. El piloto asturiano lo da todo al volante y transmite esa ambición a sus compañeros del Toyota dorsal 8. Sólo una decisión de los jueces ha impedido el máximo botín: tres de tres. Alonso no es feliz en la Fórmula
1, contagia plenitud en el WEC.