El argumento falso de la voluntariedad
Se explica en la regla 12
Se ha hablado mucho de la expulsión de
Lenglet en términos donde queda patente el claro desconocimiento de la regla. No quiero entrar a valorar ahora mismo si el VAR tuvo que avisar al colegiado o no.
Lo que no podemos hacer, y sobre todo personas que tienen la posibilidad de dirigirse a mucha gente creando opinión, es intentar dar argumentos sobre las reglas de juego sin haberlas leído y sin saber el espíritu de las mismas. Me refiero a la famosa frase de que no quería hacerlo, no hay dolo, el reglamento dice que tiene que ser intencionado, etc...
Vayamos al reglamento e intentaré explicarlo literalmente. La regla 12 Faltas e incorrecciones
dice lo siguiente:
“Los tiros libres directos e indirectos y los penaltis solamente podrán concederse por infracciones cometidas cuando el balón esté en juego. Se concederá un tiro libre directo si un jugador comete una de las siguientes infracciones de una manera que el árbitro considere imprudente, temeraria o con el uso de una fuerza excesiva”.
En ningún momento se habla de voluntariedad, cierto es que este término aparecía en las reglas hace unos 20 años, pero se quitó debido a que la voluntariedad de un acto sólo la sabe el que la comete.
Siguiendo el argumento falso de la voluntariedad, no se podrían pitar la mayoría de las faltas y sobre todo de los penaltis, porque un jugador no quiere hacer voluntariamente un penalti.
Con lo que nos queda interpretar y para eso amigos hay que saber de reglas de juego y del espíritu del mismo, cosa de la que por desgracia algunos comunicadores van justito.
Por lo que en la jugada que estamos hablando el árbitro sólo podía encuadrarla entre temeraria y uso de fuerza excesiva. Optó, creo que acertadamente, por la segunda, por lo que la regla no le deja otra salida que la roja.
Juego brusco grave según la regla es: “Una entrada o disputa de balón que ponga en peligro la integridad física de un adversario deberá ser sancionada como juego brusco grave”. Y esto es lo que dice la regla, la cual como se puede leer nunca habla de intencionalidad.