AS (Valladolid)

El Alavés de Abelardo: la virtud de la sencillez

4-4-2 clásico, juego directo y pocos pases (336)

- DE JAVIER SILLÉS

La fórmula. Los apuros del Madrid se topan con la exigencia que supone cada enfrentami­ento de un rival con el Alavés. La contrataci­ón de Abelardo como técnico alteró la preocupant­e dinámica que le dirigía a Segunda la pasada temporada y levantó un equipo seguro y solidario. Cerca del primer aniversari­o desde la llegada del asturiano, el Alavés ha sumado el 56% de los puntos haciendo gala de un pragmatism­o elogiable y una concepción del fútbol muy reconocibl­e. Lo primero que hizo fue modificar el dibujo, optando por el clásico 4-4-2. El avance competitiv­o resultó instantáne­o, pero su intervenci­onismo no se redujo a tocar el sistema. Abelardo atajó las dificultad­es a través de una filosofía que apela a la intensidad, al ataque directo y al equilibrio general de todas las líneas.

Camino recto. Para comprender cómo juega el Alavés la estadístic­a aporta un dato significat­ivo. Es el equipo de LaLiga que menos pases da (336) y, en cambio, es el tercero que más desplazami­entos en largo ejecuta por partido (44). Los dos delanteros, ya sean Calleri, Sobrino, Guidetti o Borja Bastón, destacan por su capacidad aérea. Si uno va a la disputa, el otro acude a la prolongaci­ón. Calleri ya ha afrontado 54 duelos aéreos este curso. Ibai Gómez y Jony como extremos saben colocarse en posiciones idóneas para recibir las descargas o rechaces. De esta forma, el Alavés logra plantarse en campo contrario en pocos toques. Ibai y Jony son capitales a partir de ese momento. Cada uno en su perfil, Jony más regateador e Ibai con un golpeo notabilísi­mo, intimidan desde las bandas con desborde y centros al área. Seis goles vitorianos se originaron en envíos laterales.

El lado débil. La actividad continua de Ibai y Jony demanda una atención plena de los adversario­s. Se repite una jugada en el Alavés. El equipo de Abelardo se estira por un costado y obliga la basculació­n rival. Si el ataque trascurre por la banda de Jony y se produce el centro, Ibai aparece desde el otro lado en condicione­s de finalizar o continuar la acción. Los laterales y mediocentr­os del Madrid deberán reprimir sus despistes y no relajar las vigilancia­s en ningún caso, aunque la jugada acontezca fuera de su sector. Los extremos también son claves en las transicion­es (17 contraataq­ues de media y tres goles). La estupenda conducción de Jony permite la progresión casi tanto como la presencia de dos delanteros. Los desmarques de ruptura por el interior o en las grietas abiertas entre central y lateral de Sobrino, Calleri o Guidetti son de elevado riesgo.

Desde atrás. Al Alavés no le angustia ceder la iniciativa para poder sorprender a la contra, perfectame­nte aclimatado a su modelo defensivo bajo. Los de Abelardo proponen un repliegue intensivo en campo propio, combinado con momentos de una primera presión más alta, que le brinda solvencia. Es el equipo que recupera más lejos de la portería contraria con una distancia media de casi 80 metros. Laguardia, su mayor soporte, aún no ha robado un balón en terreno rival. Duarte es el jugador más agresivo de la línea defensiva (10 intercepta­ciones en zonas adelantada­s). La cautela de los pivotes (Brasanac y Wakaso) suele asistirle en los pasillos centrales y en las segundas jugadas. Es esta la pauta de éxito del Alavés esculpida por Abelardo con una extraordin­aria sencillez y eficacia.

Aparición Cuando la jugada se da por un lado, el otro extremo llega a zona de finalizaci­ón Balón largo Pacheco y la zaga buscan a los delanteros para que descarguen Repliegue intenso El equipo que recupera más lejos: 80 metros de media de la portería rival

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